El terrorismo y las técnicas modernas de guerra se han convertido en el eje central de un programa muy diferente al hasta ahora planteado, que se prolongará hasta el próximo 18 de mayo. Según fuentes oficiales estadounidenses y jordanas, “las maniobras incluyen actividades de seguridad fronteriza, defensa cibernética y ejercicios de 'mando y control', para reforzar la coordinación en respuesta a amenazas, especialmente el terrorismo”.
El contagio del conflicto de Siria plantea un nuevo escenario para la misión de entrenamiento. A tan sólo 3 kilómetros de distancia, el Estado Islámico (Daesh, por sus siglas en árabe) amenaza la seguridad del reino Hachemí, el patio trasero de Israel. “Este año la Eager Lion tiene como objetivo desarrollar la capacidad de los participantes para planificar y ejecutar operaciones conjuntas internacionales”, afirma el portavoz de las maniobras.
De hecho, ante el avance de las fuerzas terroristas que se han desplazado desde Daraa (Siria) hacia la frontera, Jordania podría contemplar una intervención conjunta -con las fuerzas estadounidenses y británicas- por el sur de Siria. Según afirmó, el general estadounidense Bill Hickman, subdirector general del Ejército estadounidense en la región, los ejercicios Eager Lion de este año “son los más grandes y complejos hasta la fecha”. De hecho, por primera vez una misión global contará con dos bombarderos B-1B -un bombardero multi-misión de largo alcance.- de la Fuerza Aérea estadounidense.
Jordania es un receptor clave de la ayuda financiera de Estados Unidos y un socio en la coalición que lucha contra Daesh en Siria e Irak. Desde hace meses las fuerzas jordanas han entrenado a un pequeño grupo de rebeldes sirios, pertenecientes al Ejército Libre Sirio (ELS) sobre la frontera jordano-siria, en Rukban, mientras que instructores estadounidenses han entrenado a las fuerzas de seguridad iraquíes y palestinas en Jordania en los últimos años.