Ahora, en lugar del Brexit, la nueva estrategia para captar a los votantes será ofrecer propuestas convincentes sobre el rumbo que llevará la política de seguridad del país. May se mostró ante el país con un discurso cargado de un fuerte contenido político y con promesas de reformas en materia de seguridad, especialmente en el ámbito tecnológico. Por el contrario, el opositor Corbyn aseguraba que revertirá los recortes que la líder conservadora hizo en el cuerpo de policía, llegado incluso, a pedir la dimisión de la primera ministra. De este modo, dividir opiniones y provocar confusiones e inseguridades para desembocar en la inestabilidad y el fracaso político son las consecuencias más inminentes de los atentados del ISIS. Siguiendo la máxima “divide y vencerás” pueden, incluso, resultar beneficiosas para una expansión de la influencia del califato sin demasiados obstáculos.
El poder de la opinión pública domina la esfera política, y los votos de los británicos decidirán si pueden frenar a Reino Unido en sus actividades militares en la cuna yihadista, ya que es uno de los países líderes de la Gran Coalición Internacional contra el Daesh. Estos ataques son otra de las razones que argumenta la revista Rumiyah para explicar su rechazo violento hacia Occidente: “Os odiamos por vuestros crímenes en contra de los musulmanes, por vuestros drones y bombas que matan a nuestra gente alrededor del mundo”.
Theresa May afirmó que “si permitimos que el terrorismo interrumpa el proceso democrático, todos salimos perdiendo”. El camino que emprenda el país británico en su lucha contra el terrorismo va a depender del candidato que resulte elegido en las próximas elecciones del 8 de junio. Habrá que ver si “enough is enough” podrá hacer frente a un conflicto que estará presente en la agenda electoral y que definirá las “rules of engagement”.