Como ustedes saben, los precios del petróleo van a subir, siempre lo hacen, y desaparecerá ese viento de cola a más tardar en un año. Los bajos tipos de interés que disfrutamos en la actualidad no han sido suficientes para recuperar niveles pasados de créditos para vivienda o emprendimiento productivo y amenazan con estancarse en el breve plazo. En cuanto al turismo de prestado que tenemos en la actualidad en cuarto creciente, hemos de ser bastante prudentes ya que aunque tarden en recuperarse mercados y destinos tradicionales como Túnez, Turquía o Egipto, pueden ganar el espacio perdido Reino Unido y Francia a causa de los atentados de ISIS, y España no está exenta de riesgos que nos hagan bajar como destino. Colocar todos los huevos en la cesta del turismo no es buena idea, teniendo en cuenta que el empleo que generamos en este rubro sigue siendo temporal y estacional, de baja calidad y bajos salarios.
Por eso es vital que se pongan ahora en marcha medidas claves para un crecimiento sostenible en la economía verde, circular, creando nuevos empleos en la generación de energía renovable, reciclado, recuperar espacios de bosques, parques naturales, prevención de incendios, primando lo no contaminante y apostando con fuerza por la lucha contra el cambio climático. La necesidad de poner en marcha estas propuestas no tienen exclusivamente fines medio ambientales sino, sobre todo, de apertura de nuevos nichos de empleo sostenible.
Si los gobernantes y las empresas no saben interpretar con seriedad los vientos de cola es más que probable que cuando el avión vaya contra el viento nos encontremos de nuevo con una recesión brutal de nuestra economía por no haber puesto en marcha nuevas medidas estructurales con un cambio necesario de paradigma sobre el crecimiento económico.