En sentido contrario, Alonso subrayó la necesidad de abrir un camino a la excelencia, a la utilidad y a prestigiar una institución hoy debilitada y carente de relevancia ante las instituciones del Estado y ante la propia sociedad civil. De la misma manera, se comprometió a volcar sus esfuerzos con los letrados más desfavorecidos.
Pronto llegaron las intervenciones en tono más agresivo. Valero le reprochó a Íscar haber formado parte de una junta de gobierno que había despilfarrado el dinero a manos llenas, habló de un ICAM al que sus gestores habían estado a punto de llevar a concurso de acreedores. Y aún más, acusó a Íscar de usar el colegio para “llevar arbitrajes”, ante lo que el todavía diputado de la junta de Gúmpert permaneció en silencio y esbozando una media sonrisa. Otro elemento que se citó en relación a gastos sospechosos que se han hecho hasta hoy en el ICAM fue el de la partida de viajes internacionales. En éste y otros sentidos, Manuel Valero concluyó que el Colegio se ha convertido en “un chiringuito sin remedio”.
José María Alonso cargó las tintas hablando de una junta de gobierno saliente que había estado jalonada desde sus inicios de dimisiones, de denuncias… y que había terminado con diputados dimitidos y ahora formando parte de otras candidaturas. Y en esa misma línea avanzó Nicolás González Cuéllar, que le preguntó a Íscar cuántos arbitrajes “se había llevado”, ante la ausencia de respuesta de éste.
Otro de los focos en los que se cebaron los candidatos en la revisión de los gestores que han acompañado a Sonia Gúmpert fue el de MUSA, la mutua de la que se dijo que se ha malgestionado, y sobre cuyo funcionamiento “sigue faltando información”.
Por último, se puso en interrogante el porqué de la masiva presencia de Alonso en distintos medios de comunicación y la atracción que está generando, incluso cuestionándose por parte de González Cuéllar el origen de la financiación de su campaña. El aludido contestó que no iba a descender al nivel del debate al que pretendían llevarlo otros candidatos, e insistió en la necesidad de dignificar la abogacía, comprometiéndose a defender en primera persona a los letrados, especialmente a los más desfavorecidos y en aquellos casos en los que reciben y sufren la desconsideración de distintos órganos e instituciones del Estado.
La campaña avanza, y tanto Alonso como Íscar siguen perfilándose como favoritos a abrir una etapa distinta en el Colegio de Abogados de Madrid en las elecciones del día 13 de diciembre. El próximo día 1 el Grupo PRISA y Cinco Días han convocado a los candidatos a un nuevo debate.