Uzbekistán que es una república presidencialista ha introducido reformas encaminadas a un trabajo de democratización del poder ejecutivo mediante un control de las tareas y ámbito de actuación del gobierno mediante un fortalecimiento de la rendición de cuentas y control de éste ante el parlamento. De esta manera se hace efectiva la idea recogida en el artículo 7 de la Constitución: “el pueblo es la única fuente del poder del Estado”.
Así mismo, Uzbekistán ha llevado a cabo medidas para asegurar en la práctica provisiones constitucionales en relación al derecho a la libertad y a la inviolabilidad personal y la presunción de inocencia. Para asegurar la uniformidad judicial se ha combinado la Tribunal Supremo de Uzbekistán con el Tribunal Económico Supremo. Además, se ha creado un sistema de selección de jueces más transparente para prevenir interferencias ilegales creando el Consejo Supremo de los Jueces (similar al Consejo General del Poder Judicial). Se ha implementado un sistema de designación de los jueces por periodo indefinido. También el tiempo de consideración de casos en ejercicio del poder de supervisión se ha reducido de tres a un año.
En esta línea, se ha aprobado recientemente un decreto presidencial sobre “Medidas adicionales para fortalecer los derechos y libertades de los ciudadanos en la actividad judicial y de investigación”. En palabras del Presidente Mirziyoyev: “en consonancia con este decreto, de ahora en adelante, la tortura, psicológica, presión física, así como otros tipos de tratos violentos y crueles no serán tolerados en Uzbekistán en absoluto”. Se ha prohibido de manera estricta la información obtenida de manera ilegal para garantizar las garantías procesales de cualquier ciudadano y se impondrá una responsabilidad penal separada por falsificar pruebas.
Siguiendo esta línea reformista se ha aprobado una nueva Ley sobre “Difusión y uso de información legal”. Esta Ley ha expandido las posibilidades de estudio de documentos y materiales relativos a los derechos e intereses de los ciudadanos.
El discurso del Presidente Miziryoyev también se centró en el artículo 37 de la Constitución uzbeka que prohíbe el trabajo forzado y sobre el cual se han tomado numerosas iniciativas durante el año 2017, como una supervisión pública y parlamentaria. En especial, se ha tenido especial cuidado para cumplir las recomendaciones para la erradicación del trabajo infantil de la Organización Internacional del Trabajo obteniéndose resultados muy positivos (debemos recordar que el trabajo infantil en la recolección del algodón estaba profundamente arraigado en la idiosincrasia del pueblo uzbeko), que han sido reconocidos por el propio organismo especializado de Naciones Unidas. También se destacó lo positiva de la visita del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos Zeid Ra´Al Hussein y el Relator Especial sobre Libertad religiosa o de creencias Ahmed Shaheed.
Debemos tener en cuenta que los principios básicos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos fueron reflejados en la Constitución uzbeka. El año 2018 se conmemora el LXX aniversario de dicha declaración y a tal efecto se ha aprobado un Programa Estatal Especial para propagar de manera comprensiva la esencia y la substancia de la declaración.
El año 2018 tendrá como lema: “Un gran futuro comienza hoy” y en este sentido el Presidente Mirziyoyev marcó en su discurso una serie de prioridades:
En resumen, la observancia de la Constitucion uzbeka, el respeto al Estado del derecho, son valores que deben de ser adoptados como criterios fundamentales de la conciencia espiritual y cultura uzbekas.
Los principios y valores de la Constitución uzbeka han de ser asumidos no sólo por todo el aparato del Estado sino también por el pueblo en su conjunto. La Constitución uzbeka que ya na sido reformada en varias ocasiones, debe ver visto implementados todos sus efectos y quizás este XXV aniversario también sea una buena oportunidad para una nueva reforma y actualización.