Y es que los VANT son una herramienta perfecta para el cine. Permiten grabar escenas imposibles a costes mucho más reducidos que por ejemplo, utilizando un helicóptero. Además, las posibilidades que ofrecen no tienen límite pues permiten grabar planos tanto a ras de suelo como a elevadas alturas, así como pasar a través de puertas y ventanas y grabar sobre el agua, planos que con otros medios serían muy difíciles e incluso imposibles de conseguir.
Los drones se utilizan en la industria cinematográfica desde hace años, producciones pioneras en su utilización con resultados impresionantes son, por ejemplo, James Bond Skyfall, Mercenarios o El Lobo de Wall Street. A partir 2015 el uso de drones se extendió en vista de los fotogramas que iban consiguiendo. Muestra de ello son películas como Capitán América, Los Vengadores o Jurassic World o series que cuentan con tantos adeptos como Juego de Tronos o Narcos. A día de hoy ya no se concibe el cine sin el uso de VANT.
Montsia Dron Films afirma que “es tal la aceptación de los VANT por parte de la industria cinematográfica, que existen películas grabadas íntegramente con drones e incluso cuentan con sus propios premios con distintas categorías”.
Y es cierto. El Flying Robot Internacional Film Festival, nacido en 2015, está abierto tanto a profesionales como a aficionados que pueden presentar sus trabajos a través de seis categorías distintas: Cinematográfica, Drones para el bien, LOL WTF, ¡Lo he hecho yo!, Estudiante aéreo y Deportes aéreos.
En definitiva, la presencia de los drones en la industria cinematográfica ha traído consigo un amplio abanico de posibilidades, en donde las limitaciones radican solo en la imaginación de cada uno.