Junto a él está la Maestranza. No podía faltar una Plaza de Toros. Pero lo que no es tan lógico es que el monumento representativo de Cataluña que está conformado por una representación de la estatua de Colón. Un puerto industrial con depósitos de gas (o algo parecido) del cual no sé si uno se les quemó y allí se ha quedado o si lo han representado así adrede. Y dos maquetas que representan dos grupos de personas enfrentadas. Unos con señeras esteladas pidiendo independencia y otros, sin banderas pero con pancartas, reivindicando la españolidad de Cataluña. Ni rastro de la Sagrada Familia, que hubiera sido lo suyo y hubiera quedado espectacular.
Visto esto me volví hacia atrás a ver Bélgica. Ni rastro del conflicto entre Valones y Flamencos. Sí que había una maqueta similar a las nuestras reivindicando el Brexit de la Gran Bretaña.
Mi indignación no vino porque se recogiera el conflicto que estamos sufriendo en Cataluña, sino porque de la Sagrada Familia junto no había ni rastro. A este paso la Unión Europea se nos quedará en una Mini-Europa.