En efecto, el total de pymes en España es de 1.307.776 al cierre del año 2017, que contrasta enormemente con las 4.487 grandes empresas que hay en el país.
Estas cifras indican que las pequeñas y medianas empresas están volviendo a tener protagonismo en España, siendo esta una muestra de recuperación macroeconómica, por lo tanto es muy importante prestar ayudas, financiaciones y subvenciones a estos nuevos emprendedores que contribuyen con el crecimiento del país.
Las nuevas empresas son las que más dificultades presentan para encontrar ayudas y financiación, por dos razones básicas:
En este sentido, una buena opción es buscar ayudas para nuevas empresas con SF Consultores, ya que estas empresas son compañías de inversores que ya cuentan con gran experiencia en ayudas a nuevos empresarios, sabiendo reconocer muy bien las oportunidades y ayudando a los emprendedores a tener una mayor visión de futuro.
Para esto y a continuación se presentan unos consejos que pueden servir de ayuda para encontrar inversores dispuestos a apostar por una nueva iniciativa de emprendimiento:
Los inversores se fijan mucho de quién está detrás del negocio, el concepto de la empresa y cuándo estos empezarán a percibir ganancias por su inversión, así que el emprendedor debe tener en cuenta estos tres aspectos cada vez que se dirija a un potencial inversor.
Si el emprendedor logra proyectarse bien a sí mismo, explicar de qué trata su negocio y por qué va a tener éxito y sobre todo, a partir de cuándo habrá ganancias, tendrá mayores probabilidades de obtener una ayuda financiera.
Hay que diseñar una presentación de negocios muy atractiva e influyente, que genere expectativas en los inversores.
Jamás hay que utilizar métodos antiguos, como explicar el negocio en un papel o en una servilleta durante una comida de negocios, lo mejor es hacer una presentación por ordenador, incluso a través de vídeos o material audiovisual que explique muy bien el concepto del negocio.
Algo fundamental para toda empresa es elaborar un Plan de Negocios, que consiste en un estudio pormenorizado de cuándo comenzará el negocio, sus proveedores, los tiempos de recepción de proveedores, transformación y presentación del producto, retorno de inversión y estrategias para superar cualquier imprevisto.
Hay que recordar que para los inversores, su negocio es invertir en otros negocios rentables, por lo que el emprendedor debe convencer, con cifras en mano, que su empresa será exitosa.
Para facilitar la búsqueda, existe un buscador de ayudas de Emprendedores.es, que es una página que muestra ayudas, subvenciones y préstamos para empresas, muchas de ellas otorgadas y convocadas por el Estado, incluso las administraciones autonómicas, locales y otros organismos públicos.
Cuando la empresa ya ha crecido lo suficiente, es reconocida, está generando buenas ganancias, pero aun así hay planes de expansión (fortalecimiento, apertura de sucursales o lanzamiento de franquicias), lo más recomendable es acudir a un banco privado, a las incubadoras de empresas o incluso a la financiación pública.
A este nivel es mejor hacer negocios con inversores profesionales que aportan grandes sumas de capital para alcanzar una rentabilidad alta.
Al igual que en el punto anterior, hay que demostrar muy bien cuáles son las ventajas que ofrece la expansión de la empresa y el retorno de inversión. Tanto los grandes inversores privados como los organismos públicos saben que invertir en una empresa grande implica fuertes sumas de dinero, por lo que aspiran obtener elevadas ganancias, así que el empresario debe medir muy bien si está dispuesto a aliarse con grandes inversores a cambio de concederles ganancias sustanciosas o mantener un ritmo de crecimiento lento pero estable.
Una buena manera es informar a las autoridades españolas que la empresa está en crecimiento y necesita personal con ciertos perfiles específicos, de esta manera el Estado puede incluir la empresa entre sus opciones presentes en un buscador de servicio público de empleo estatal y así poder conseguir trabajadores más capacitados en poco tiempo.
En síntesis, lo más recomendable es buscar inversores, ayudas y subvenciones de acuerdo con la fase de crecimiento de la empresa.
Si esta está en una etapa de creación, inicial o en crecimiento, lo mejor es acudir a inversores privados, banca privada, incluso familiares y amigos, pero si la empresa ya está consolidada y en planes de expansión, entonces se puede dar el paso de acudir a organismos públicos o grandes inversionistas.
Sobre todas las cosas, el empresario debe confiar mucho en sí mismo y su negocio. Sin este tipo de pensamientos no tendrá el “combustible” necesario para mantener encendida su idea.
Un negocio crece en la medida de las buenas decisiones de sus dueños, así que una correcta inversión y en el momento adecuado, puede significar la diferencia entre la quiebra o el éxito. Todo empresario apuesta por el éxito de su negocio, al igual que los inversores que creen en él, así que ambas partes deben unir esfuerzos para el logro de las metas.