Exterior

-“China presiona con su “sharp power” a las naciones más avanzadas”-

Simon Ko es el actual embajador de Taiwán en España.

ENTREVISTA A SIMON KO, EMBAJADOR DE TAIWÁN EN ESPAÑA

· "Taiwán puede ofrecer al mundo muchas ventajas sobre China, en cuanto a que es un país mucho más fiable que China, más transparente, avanzado e innovador, y es un país predecible"

José Luis Barceló Mezquita | Sábado 15 de septiembre de 2018

(Por José Luis Barceló, Editor-Director de ElMundoFinanciero.com).- Entrevistamos hoy en exclusiva para los lectores de “El Mundo Financiero” a Simon Ko, embajador de Taiwán en España. Taiwán es un país del lejano oriente considerado por muchos como “la perla de Asia”, siendo, junto a Corea del Sur y Japón, entre los más avanzados de Asia. Con más de 23 millones de habitantes -la mitad que España-, y un territorio de casi 36.000 kilómetros cuadrados, Taiwán muestra hoy una pujanza en los terrenos científicos, industriales y de I+D+i que lo colocan a la cabeza entre las naciones más desarrolladas del mundo, con una renta per cápita sobre los 20.000 US $ según el FMI, similar a la española. Nadando prácticamente en el pleno empleo, mantiene activas relaciones comerciales , científicas y culturales con la mayor parte de las naciones avanzadas del mundo, destacando principalmente los convenios educativos y universitarios en el mundo académico.



Pocas son las personas que no han oído hablar de las motos Kymco o Sym, de los teléfonos móviles HTC o BenQ, de las tabletas AOC o de los ordenadores Acer, Asus, Trend Micro o MSI. Pues bien, todas ellas son firmas taiwanesas que se encuentran hoy a la cúspide del desarrollo tecnológico, de la investigación y del avance científico. Taiwán destaca hoy por estar a la punta de los desarrollos científicos en nanotecnología y semiconductores, y empresas como Dlink o ZyXel se encuentran hoy a la vanguardia en el sector de las telecomunicaciones.

Taiwán se encuentra hoy, sin embargo, sometida a la presión política de un gigante, China, que permanentemente reivindica su soberanía sobre el territorio taiwanés, un territorio política y socialmente desconectado de China desde 1945, cuando comenzó la revolución comunista china, liderada por Mao Zedong.

Hablamos con Simon Ko, su actual embajador en España.

¿Cómo analizaría el desarrollo y los cambios más significativos en las relaciones a través del Estrecho desde el último cambio de gobierno en Taiwán?

Pekín pretende hacer ver al mundo que Taiwán les pertenece y su postura es la de postergar a Taiwán y sus habitantes del resto del mundo. Actualmente la República Popular de China practica la política del aislamiento de Taiwán entre la comunidad internacional. Evita que Taiwán fortalezca sus lazos con el resto del mundo bajo la presión de su fuerte influencia política y comercial.

Por su parte, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen sostiene la posición de mantener el statu quo que ha prevalecido hasta ahora y que ha permitido fructíferos contactos e intercambios entre chinos y taiwaneses. Hay que hacer notar aquí que Taiwán ha pasado a convertirse en uno de los mayores inversores en la República Popular de China y que los intercambios son constantes y crecientes. Fíjese como China pretende calentar el escenario que incluso ha intentado impedir la escala de nuestra presidenta en los Estados Unidos durante su viaje oficial por Belice y Paraguay.

China quiere cambiar el statu quo actual y urgir al respeto de “una sola China”. Paraguay y Belice son dos de los 17 aliados diplomáticos con que cuenta Taiwán en el mundo, 9 de los cuales se encuentran en países hispanoamericanos y Caribe.

La imagen de Taiwán en el mundo es positiva, se muestra como un país que cuenta con una sociedad cercana y avanzada, y que cuenta con una cada vez mayor presencia y participación en organismos internacionales. Desde el año 2002 es miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), ha sido miembro observador en la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2009 a 2017 y fue invitado en 2013 a participar en la Asamblea de la OACI (Organización Mundial de la Aviación Civil).

En los últimos meses, numerosas empresas multinacionales han recibido amenazas de China continental para que modificaran sus datos sobre Taiwán. ¿Cómo se interpretan desde Taiwán tales presiones?

Esta es una estrategia de todo punto errónea para China, que propaga así su imagen de país con una política monolítica, anticuada y poco flexible que responde a un sistema dictatorial donde no existen las libertades públicas ni un sistema abierto de partidos políticos. Taiwán cuenta con una sociedad abierta, trabajadora y tranquila que no percibe a China como una amenaza, sino como la cuna de sus ancestros. Taiwán es un país trabajador y productivo, que se encuentra hoy en el puesto 15º entre los 190 países que conforman el ranking Doing Business de los países que ofrecen las mayores facilidades para hacer negocios y donde la corrupción es apenas inexistente.

Pero sí, es cierto que están proliferando los casos de aerolíneas internacionales o empresas multinacionales como Marriot, las españolas Zara o Iberia, y otras compañías como Delta Airlines o Medtronic que han recibido presiones de China para que no potencien allí sus negocios, o que no aparezcan en sus páginas web como destino “nacional”.

China esgrime hoy su baza del “sharp power” o “poder punzante”, que es una vieja herramienta de los regímenes autoritarios: China sabe que puede hacer mucho daño entre sus socios comerciales si les retira su apoyo, y eso lo saben empresas y compañías multinacionales, pese a que todos saben que supone una violación de los mecanismos de libre comercio y de las normas de la OMC, así como a la vez la ruptura del mantenimiento del statu quo que supone directamente una violación de la soberanía de Taiwán.

Se siente Taiwán, en este sentido, lo suficientemente respaldado por los principales actores de la comunidad internacional, de manera especial por EE. UU., el resto de los países asiáticos y la Unión Europea?

Taiwán mantiene su confianza en las buenas relaciones con los países amigos, especialmente entre los más avanzados como EE.UU., Reino Unido, Suecia o todos los países de la Unión Europea, con los que compartimos amplios intereses en la forma de concebir el mundo, las relaciones internacionales y las libertades y la democracia, que nos son valores comunes.

Compartimos valores idénticos en asuntos como la justicia, la democracia, la libertad y los derechos humanos, y creemos que sobre esto pivotará finalmente la solución a las presiones que China ejerce ante la Comunidad internacional sobre Taiwán.

Acabamos de sufrir recientemente, y además en un asunto que nada tiene que ver con la política, un nuevo caso de intento de asilamiento por parte de China, que ha promovido la cancelación de los próximos Juegos Juveniles de Asia Oriental 2019, que se iban a celebrar en Taichung (Taiwán). Confiamos en obtener todo el respaldo de la comunidad internacional para que esta importante cita olímpica pueda finalmente celebrarse y nuestros brillantes atletas - que acaban de conseguir cerca de 70 medallas en los recientes Juegos Asiáticos 2018 celebrados en Jakarta (Indonesia) - no se vean privados de participar en un evento de tal magnitud celebrado en su propio país debido a una absurda injerencia de asuntos políticos en el mundo deportivo.

China ha ejercido también lo que usted denomina su “poder punzante” concediendo “préstamos trampa” a terceros países que luego estos no han podido devolver, quedando a merced de los caprichos de Pekín. ¿Pueden llegar a suponer tales maniobras una amenaza velada a la soberanía de los países más vulnerables?

El gobierno de Taiwán conoce casos extremos en los que esto se ha producido, y conviene que estos aspectos y estrategias sean conocidas a nivel mundial. Han existido casos en los que se ha abusado de la vulnerabilidad de ciertos países, como ha sido el caso de Sri Lanka, sobre el que China se ha hecho con el control del puerto de Hambantota, que en muchos medios aparece ya como el “puerto chino” en Ceilán. Sri Lanka llegó a acumular más de 8.000 millones de dólares en deuda con bancos respaldados por bonos soberanos del Gobierno chino y con tasas de interés de hasta el 7%.

Es una estrategia de la “trampa del endeudamiento” que China esgrime cada vez con mayor fuerza y que deben ser motivo de preocupación para la comunidad internacional.

Otro caso similar ha sido el de Vanuatu, donde China ha establecido una base militar, o los casos de Yibuti, en África Oriental, que alberga hoy la mayor base militar permanente de EE.UU. en la zona pero que puede pasar a manos chinas.

El frenesí comprador de China también se ha dejado sentir en Europa en empresas de sectores clave como robótica, automotriz o medicina en Alemania o el caso del famoso Puerto del Pireo, en Grecia, que también ha pasado a manos chinas.

Otros casos destacables del despliegue de China en países poderosos es en Australia, Nueva Zelanda y Canadá, donde se han puesto de manifiesto tramas de sospechas, grabaciones, espionaje y donaciones que han afectado a políticos, partidos y profesores universitarios.

En Alemania y Gran Bretaña se han manifestado intentos de infiltración en parlamentos, ministerios y organismos gubernamentales y ha sido muy llamativo también el caso en España de los puertos de Valencia y Algeciras, que son actualmente objetivo de las inversiones chinas.

En el caso de EE.UU., Washington parece dispuesto a jugar la batalla comercial con China. ¿Qué consecuencias cree que puede tener la política de Trump no solo para China, sino también para Taiwán y para la economía mundial?

China no es aún consciente de su tremenda voracidad, que le impide contemplar la realidad tal cual es. Ante estos hechos, lo más probable es que muchos países comiencen a protegerse de China. Al fin y al cabo, muchas de estas inversiones no las realiza tal o cual empresa privada china, sino que detrás de esta estrategia se esconde un país que es dirigido por un sistema de partido único, de férrea dirección, que maneja los hilos de sus inversiones en el exterior.

Estados Unidos ya ha comenzado a entender que China no es un aliado o un socio comercial, sino un competidor voraz. Sobre estas decisiones futuras habrá indudablemente un impacto económico tremendo sobre Taiwán y sobre los empresarios taiwaneses asentados en China, pero también a la viceversa. Muchas inversiones chinas en el extranjero quedarán sin retorno y en quiebra.

Existen áreas sensibles en la economía e industria de Taiwán que pueden verse afectadas y que tienen trascendencia global, como son el sector de los semiconductores, la informática y la comunicación, nanotecnología, inteligencia artificial, internet de las cosas, industria biomédica, robótica o nuevas energías. Son actualmente sectores clave no solo para Taiwán, sino también para el mundo en general.

Taiwán puede ofrecer al mundo muchas ventajas sobre China, en cuanto a que es un país mucho más fiable que China en cuanto a transparencia, tecnología avanzada e innovación, y también es un país predecible.

Taiwán representa además una importante participación en la cadena de suministro de la región y juega un papel preponderante en las relaciones trilaterales China/EE UU/Taiwán.

Una alternativa posible de cara al futuro es dejar las cartas sobre la mesa, volver a la situación anterior de respeto muto, y girar hacia una nueva política que mire hacia el Sur estrechando lazos económicos con los miembros de ASEAN, donde China tampoco ha hecho buenos amigos o socios, precisamente por su intento de imponer constantemente su forma de ver las cosas y los negocios, o por entrar en diatribas sobre aguas pesqueras que estaban tranquilas desde hace lustros.

Por su parte, podemos estar seguros de que el gobierno de Taiwán lo que va a hacer es mantener y estrechar sus relaciones preferentes con EE.UU. y la Unión Europea, sobre esto no va a variar nada en absoluto.

En cuanto a la celebración de la Asamblea General de Naciones Unidas, ¿cómo afronta Taiwán en esta ocasión su campaña de reivindicación para la participación en la ONU?

Con el fin de satisfacer el derecho de sus 23 millones de ciudadanos a participar en el sistema de la ONU, y bajo el lema ´´Taiwán, un socio vital y global´´, el Gobierno taiwanés quiere poner el acento este año en tres puntos fundamentales: que los ciudadanos de Taiwán deben gozar de los mismos derechos que los ciudadanos de otras naciones; que la ONU debe abolir las medidas discriminatorias contra los portadores del pasaporte taiwanés, que impiden que tanto visitantes como periodistas taiwaneses entren en sus instalaciones, y que la ONU debe garantizar el derecho de Taiwán a participar de manera dignificada en las diferentes reuniones y actividades encaminadas a materializar los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por Naciones Unidas.

En lo que respecta a España, y teniendo en cuenta que empresas españolas como Zara e Iberia han sido objeto de las presiones de China, ¿ha recibido Taiwán algún tipo de apoyo, muestras de interés o ha mantenido algún contacto con gobierno, instituciones o empresas implicadas?

Taiwán lo que quiere es que los gobiernos amigos se den cuenta de lo que puede acontecer si dan su brazo a torcer a China. Va a pedir a los Gobiernos afectados que defiendan a sus empresas, a empresas emblemáticas como Iberia o Zara que han borrado de sus webs sus oficinas en Taiwán bajo las amenazantes presiones del gobierno Chino.

Taiwán confía en mantener unas excelentes relaciones con el nuevo Gobierno español y que se profundice en las áreas que son de nuestro respectivo interés común, que es, en definitiva, el que queremos todas las naciones libres.