Un fondo de inversión es un producto financiero y, como tal, exige que el inversor conozca y asuma los riesgos que comporta. Por eso, las características del fondo deben estar recogidas en un folleto informativo que el inversor debe leer y aceptar antes de expresar su voluntad de asumir los riesgos que conlleva la inversión. Los niveles de riesgo se clasifican en una escala de 1 a 7, según los criterios de la normativa vigente.
Un fondo de inversión recoge aportaciones /suscripciones de distintos inversores, ya sean personas físicas o jurídicas, con la finalidad de invertirlos en diferentes instrumentos financieros. Esta tarea la lleva a cabo una entidad gestora, que puede ser un banco u otra entidad financiera. Los gestores invertirán en diferentes mercados, y la rentabilidad de un fondo dependerá de la estrategia adoptada y de la evolución de esos mercados.
Cada inversor tendrá unas participaciones, en función de su aportación dineraria, y obtendrá un rendimiento (que puede positivo o negativo) en el momento de vender las participaciones, que en algunos fondos no podrá ser hasta que llegue una determinada fecha.
Atendiendo a estas características básicas, podemos señalar una tipología de fondos de inversión:
- Fondo de renta fija: supone una inversión en renta fija compuesta por obligaciones, bonos, letras o pagarés, de modo que su mayor o menor rentabilidad depende sobre todo de cómo evolucionan los tipos de interés
- Fondos de renta variable: a diferencia de los fondos de renta fija, aquí la mayor parte de la inversión se destina a renta variable, como las acciones. En este caso, su rentabilidad y riesgo dependerá de los mercados en los que se concentre la inversión, que pueden ser muy diversos en función del ámbito geográfico o del sector.
- Fondos de renta mixta: como el nombre indica, mezclan mercados de renta fija y variable, y su riesgo dependerá del porcentaje de cada inversión.
- Fondos índice: Son fondos de inversión de renta fija o de renta variable, que tratan de replicar el comportamiento de un determinado índice del mercado. Por ejemplo, con acciones de todas las empresas que cotizan en el Ibex-35. De esta forma, el fondo obtendrá un rendimiento parecido al del índice que sigue; hay que tener en cuenta, que debemos descontar las comisiones del fondo, por lo que el rendimiento no podrá ser idéntico.
- Fondos garantizados: pueden asegurar la inversión inicial (o un porcentaje de dicha inversión) y una rentabilidad fija o variable, pero con el condicionante de tener que esperar a la fecha de vencimiento de dicho fondo.
- Fondos globales: no tienen definidos a priori sus mercados de inversión, por lo que, en principio, puede invertir en cualquier activo, divisa, etc…, dentro de los permitidos por la normativa.
- Hedge Funds: Estos fondos también son conocidos como fondos de cobertura o Fondos de inversión libre. En ellos la sociedad gestora tiene gran libertad, de modo que puede realizar operaciones de cobertura de riesgos y, por tanto, aumentar la exposición al riesgo y también la posible rentabilidad.
Como puedes comprobar, las alternativas de fondos de inversión son muchas, y cada inversor puede seleccionar aquella que mejor responda a sus necesidades y sus expectativas de riesgo y de ganancias.