Durante casi diez años sufrí las amenazas y atentados de la banda de Juan Asensio, llevaba escolta oficial y privada y nos aconsejaron que tanto yo como mi familia portáramos armas cortas, con licencia, y practicáramos tiro. La banda de Asensio conocía que íbamos armados y se negaba a atentar contra un servidor porque temían ser repelidos. Casualmente yo había sido campeón nacional de tiro olímpico y batí un récord. Un infiltrado de la banda en la federación de Tiro Olímpico les tenía informado de nuestros entrenamientos, de las armas que utilizábamos y la capacidad de las mismas.
No tengo más remedio que reconocer que gracias a que portaba un arma evité alguna que otra emboscada. Tuve que elegir vivir en una finca, asilada, por medidas de seguridad, y casualmente robaban en todas las fincas menos en la que yo habitaba porque se había corrido entre los delincuentes que su morador iba armado.
En muchos casos, muchísimos, poseer un arma para defensa de una finca, puede ser bastante disuasorio. Licencia de armas se la daría a quien la solicitara previo riguroso examen psicológico, por supuesto.