Y esto recuerda lo absolutamente esencial, el objetivo primordial ética y políticamente muy por encima de cualquier otro, que hay que resolver, radicalmente , en el mal llamado “problema hispano-catalán” que es claramente un problema de España, de TODOS los españoles. Y este objetivo no es otro que devolver las libertades y la protección de ellas a los ciudadanos de la Cataluña subpirenaica, primero, y de todos los españoles con ello. Eso es lo que está en juego por encima de todo. Para ser claro, doy algunos ejemplos. No pueden volver a producirse escraches impunes contra jueces o padres que pretenden que se cumplan sentencias del Tribunal Constitucional. No se puede asistir a la necesidad de un juez del Supremo de abandonar su residencia para cumplir con su obligación. No se puede seguir amedrentado por una policía que protege a delincuentes e intimida a ciudadanos. No se puede seguir permitiendo que en una región de España impere el miedo para los funcionarios. (catedráticos, fuerzas de seguridad, profesores, inspectores…). No se puede permitir que de una región española se exilien más de 10000 enseñantes. No se puede permitir que desde una televisión pública, impunemente, se delate e incite a la delación para practicar acoso contra las fuerzas de seguridad…A qué seguir…
Pues bien, para resolver esas monstruosidades sociales y democráticas, el artículo 155 ha dejado de ser útil. No entremos en debates estériles sobre instrumentos imposibles. Hace ya mucho tiempo que si queremos restablecer la democracia y la eficacia y dignidad del Estado en España es necesario aplicar la Ley de Seguridad Nacional o algo de lo previsto en el 116. Y eso es lo más progresista que se puede hacer ahora en España: combatir el totalitarismo.