Solo aquellos que han permanecido completamente aislados podrán creer que vivir rodeados de semejantes será maravilloso y estupendo. Utopía que terminará tras soportar fiestas y ruidos hasta altas horas de la madrugada, deterioros en las zonas comunes, impagos y una lista interminable que mejor no enumerar para no turbar la intención de todos aquellos que se hayan decantado por vivir en un edificio de viviendas con multitud de vecinos.
Además de solventar los posibles problemas puntuales entre vecinos, un administrador de fincas tiene muchas otras tareas, entre las que se encuentran solucionar problemas estructurales, realizar reformas o mejoras en el edificio y enfrentarse a la morosidad de algunos vecinos, sin más fin que lograr una armonía no siempre posible.
En cualquier caso, y como indican desde Gescity, profesionales del sector, contar con un administrador de fincas tiene numerosos beneficios, entre los que destacan:
Profesionalidad, lo que le permite conocer todas las alternativas del sector, así como ofrecer la solución más rentable para solucionar los problemas que ya existen o podrían llegar a existir, algo que repercute directamente en el bolsillo de los propietarios y que se traduce en un ahorro de costes.
Conocimiento de información que pueda ser del interés de la comunidad, caso por ejemplo de las subvenciones públicas.
Cobertura legal en asuntos que la precisen, así como mediación y arbitraje para solucionar los distintos conflictos que puedan surgir entre vecinos.
Sobran, por lo tanto, los motivos para decantarse por este servicio en cualquier comunidad de propietarios o vecinos. No se debe olvidar que, el ser humano es maravilloso, pero también puede llegar a ser insoportable.