Análisis y Opinión

Denuncia a España ante la ONU por el "grave deterioro de la libertad de expresión"

¿FALTA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN ESPAÑA?

· Por Manuel de Cristóbal, abogado

Jueves 01 de agosto de 2019

Dentro de este procedimiento, la PLATAFORMA en DEFENSA DE LA LIBERTAD DE INFORMACIÓN (PDLI) ha presentado una denuncia por el grave deterioro que, en España, ha sufrido la Libertad de Expresión. Para quienes no la conozcan, PDLI no es una asociación dependiente de ERC, Bildu u otro partido u organización similar. Como parte de la documentación se aporta un informe suscrito, entre otros firmantes, por la FEDERACIÓN DE SINDICATOS DE PERIODISTAS, otras agrupaciones y asociaciones profesionales de toda España, junto a instituciones educativas como la Universidad Complutense de Madrid.



En la ONU, existe un procedimiento llamado “Examen Periódico Universal” que:

  • Evalúa la situación de los Derechos Humanos en cada pais, y

  • Comprueba el cumplimiento de los compromisos asumidos por el país en las evaluaciones anteriores

Aun pudiendo coincidir en muchos puntos, permítanme que discrepe en varias cuestiones:

-En España existe total libertad de expresión y si no están de acuerdo conmigo lean a mi admirado Arturo Pérez Reverte, quien, entre chispazos periodísticos, intercala correctamente palabras de todo género, incluso esas que no dejamos decir a los niños pequeños, ni siquiera cuando son adultos. ¿Qué mayor muestra de libertad podemos dar?

-Reconozco que en España existen varias sentencias dictadas tras las denuncias de algunos medios de comunicación contra el Estado, sus Fundaciones, Empresas, etc. por no incluir publicidad institucional en determinados medios que, curiosamente, les criticaban. Pero eso no implica la existencia de una ley opresora pues al haberse impuesto judicialmente la obligación de contratar publicidad institucional en esos medios de comunicación discrepantes con el Gobierno, se acredita que no es así. Lo curioso es que no se han vuelto a producir críticas en este sentido en esos medios. Este hecho no lo he visto en el informe pero es posible que yo no vea las cosas correctamente.

-En España tenemos el Teatro de la Zarzuela, el Teatro Real, etc., instituciones creadas para fomentar la música y la cultura, pero no se representan zarzuelas u operas, se estrenan obras para “educar” a los españoles, porque los directores de estos organismos que son del Estado Español, casi siempre son extranjeros. Venden entradas de zarzuela para presentar espectáculos, propios de salas de arte y ensayo, y, como todos los invitados al estreno aplauden, las críticas del crítico invitado al estreno siempre son favorables. Desconozco si el crítico se siente abrumado, si expresa en la crítica la voluntad democrática de los seleccionados invitados agradecidos que aplauden o si, simplemente, debido a la crisis han enviado al becario de deportes y el pobre ha hecho lo que ha podido. Cuando tres días después acude el público que paga y se para la representación porque se está recuperando el noble arte del pataleo, como ese día no está invitado ningún crítico, no se publica ninguna reseña en el periódico. De esta manipulación no dicen nada.

Aquí no hay culpa del Estado. El pobre becario de deportes, como es lógico, se olvida de citar a Luis Cobos o a otros muchos eventuales sustitutos, que podrían venir a dirigir “La zarzuela o “La opera”, no a educarnos pues, para eso, están los conservatorios, los liceos, etc. y, antiguamente, las salas de arte y ensayo.

Nadie escribe nada y todos alaban a los eventuales amigos, puestos por el poder en puestos de culturales de privilegio, a los que no es políticamente correcto, es culturalmente retrógrado y económicamente ruinoso criticar, tampoco hacen la reseña del último ejercicio del pataleo, y abucheo, por parte del público no invitado y que compra las entradas.

-Cuando en el año 2019, en un “viernes social”, se destinan 45 millones de euros para la justicia gratuita, que divididos entre 50 provincias y entre 365 días, resultan menos de 3.000 €/día para atender a todos los detenidos ante la policía, a todos los detenidos ante el Juez, a todos los juicios de ese día y, con menos de una semana de diferencia, salen las “subvenciones” para quienes ganen las elecciones, con una cifra en torno a los 100 millones, que se volatiliza en 15 días, aquí Vds. callan, pero no me aclaran si es porque deben callar, porque lo ignoran, o porque se olvidan. A fin de cuentas los beneficiarios de la justicia gratuita no llegan a tener recursos para leer el periódico. Comprar un periódico con libertad de expresión les pilla lejos de la salida del calabozo.

-Cuando deciden enseñar en las escuelas que no se debe fumar (opinión que comparto), ciertos Ministerios exceden sus competencias aleccionando a los niños que deben orientar a sus padres, aclararles que están equivocados, cargando a los menores con la tarea de conseguir que sus mayores dejen de fumar. Se enseña al niño a enseñar al adulto, a decirle lo que debe hacer y lo que es correcto. Se está inculcando en una personilla aun no formada, de seis o siete años, que su padre se equivoca, minando, entre otras cosas, el principio de autoridad. Además, se trata de una confabulación entre el “Ministerio de Educación” con el “Ministerio de Salud”, mediante el cual Educación cede sus activos (los niños), hasta el punto de la “explotación de menores” pues les obliga a trabajar como agentes publicitarios del “Ministerio de Salud” en su cruzada contra el tabaco. Todo ello implica además una doble infracción, por parte del “Ministerio de Hacienda”, al no exigir que se contabilice la “cesión de trabajadores a precio de mercado”, como exigiría a una empresa, y al permitir una gasto, por parte del Estado, es decir, los sueldos de los profesores, y todo ello para realizar una publicidad dirigida a disminuir los ingresos derivados de las labores del tabaco, en perjuicio de los tan protegidos “ingresos estatales”. Un mayor gasto y un menor ingreso.

Y, en tan peculiar tema, que tiene tantos colores, ninguno de Vds. dice nada, no existe ninguna opinión discordante, nadie pone un matiz. No irán a decir que no se atreven a opinar sobre una actividad que implica a tres ministerios, o cuatro, porque Hacienda vale por dos.

-Cuando en un reino de taifas, la taifa del nordeste limita la libertad de expresión de los periodistas al imponer que sólo se utilice un idioma en las ruedas de prensa, no veo un clamor profesional similar al visto por otros actos menos graves, quedando todo en una pequeña referencia, de menor tamaño y en peor posición que la destinada a una rectificación. Me pregunto cuál es el “pro quo”, porque el “quid” está claro y a la vista, el que no hable como debe no entra a la rueda de prensa, no informa, y no vende.

Aunque, tal vez, todo lo que cuento no es en contra de su opinión y su denuncia, sino que la confirma. Como casi todo, es cuestión de opiniones.

Ahora, permítanme un reproche duro y serio. Vds. piden básicamente que desaparezcan las “expresiones criminalizadas”, que se adopten “medidas para la protección de un entorno periodístico y de medios seguro y plural” y otras peticiones similares en el mismo sentido.

Discrepo. La libertad de expresión NO es que un diputado pueda decir lo que quiera, al ser prácticamente impune. Es algo necesario, pero no es suficiente.

Siguiendo este razonamiento, la libertad de expresión NO es que un periodista pueda hacer su trabajo con seguridad, eso es únicamente una condición necesaria, pero NO es condición suficiente.

La libertad de expresión no es sólo poder hablar libremente. Es que un policía tenga claro que me puede pedir un comportamiento formalmente correcto, pero también que no puede exigirme respeto, eso tendrá que ganárselo. Puede exigirme e imponerme que cumpla sus órdenes, pero no que lo haga con una sonrisa, ni dándole la razón y, mucho menos, las gracias.

La libertad de expresión es sólo un pálido reflejo de la libertad del individuo, del reconocimiento a las personas, de que pueden pensar y actuar sin temor a represalias, incluso, cuando piensan y actúan en sentido contrario a la mayoría, en contra de la opinión general, y de un modo políticamente incorrecto.

Es el derecho que toda persona tiene a expresar una opinión discrepante pero, sobre todo, a actuar y a vivir de modo coherente con esa molesta opinión para esa inmensa mayoría.

Cuando lo “políticamente correcto” llega a tener el suficiente prestigio como para imponerse de modo natural, la censura está generalizada.

Cuando se puede imponer a los demás lo que deben hacer, lo que han de votar, cuando, en un medio de comunicación, alguien con poder dice lo que deben pensar el común de los ciudadanos, y así se repite una y otra vez, a todas horas, como si fuera el “top-ten” de los 40 principales, cuando ese mantra se reitera no sólo en la cadena estatal sino en todas las privadas, sin discrepancias, sin matices, sin peros, etc… entonces, no sé si falta libertad de expresión pero, desde luego, veo exceso de publicidad y poca opinión periodística, aunque, quizá, sólo se trate de exceso de complacencia para conseguir más publicidad institucional, mejor acceso a las ruedas de prensa, etc.

Y esta petición, para el común de la población, no sólo para los periodistas, no la veo en su denuncia.