Cómo, muy entendiblemente, el Doctor Sánchez no nos ha preguntado, nos permitimos exponerle lo que a nuestro juicio son, de toda evidencia, los problemas graves de España y los españoles, con la intención de ayudar con la verdad por delante.
Sucintamente, en nuestra Nación tenemos un problema político-terrorista “muy mal resuelto”, por decirlo suavísimo, un golpe de Estado en curso sin resolver, el poder cada vez mayor de Partidos reaccionarios de base racisto-supremacista que destruyen el bien común, un deterioro, a veces desaparición, del Estado de Derecho y sus Instituciones en detrimento de los más débiles, una estructura regional destructiva que imposibilita gobernanza e igualdad, unas desigualdades entre ciudadanos inevitablemente crecientes, con el sistema actual, una Educación que, en los aspectos no técnicos se ha convertido en un arma de destrucción masiva de la democracia y la convivencia, un camino estructural hacia el empobrecimiento con la pérdida de la unidad de mercado. Les prometemos que es lo más sucinto que podemos exponer, y observen que todos esos desastres son estructurales y transversales, nada sectarios.
Llegados aquí sólo se nos anuda la garganta con un ruego, una imploración. Por favor que tan sólo un 3% de las medidas propuestas, es decir nueve al menos, vayan a acometer la dinámica que resuelva esos desastres citados. Con las otras doscientas noventa y una ponga Ud. los parches que quiera, haga las frikadas al uso, las menos dañinas posibles. Pero por lo menos nueve que se dediquen a lo esencial, lo que nos evitará, y a nuestros hijos, y a nuestros nietos, la pérdida de una vieja Nación de hombres, libres, prósperos, iguales y solidarios. Y si se convierten en políticas de Estado, miel sobre hojuelas, que también la llamada oposición debe centrarse en lo que de verdad importa.