Consideramos que este ataque aislado no es excesivamente perjudicial para los mercados petrolíferos, ya que existen suficientes reservas de petróleo en todo el mercado mundial. Además, el excedente de producción de la OPEP y de otros productores podría compensar este déficit. Sin embargo, el ataque pone de relieve la fragilidad de la infraestructura de producción de petróleo de Arabia Saudí y el mayor riesgo de que nuevas tensiones geopolíticas en la región del golfo puedan tener un impacto mucho más generalizado en el suministro de petróleo en el futuro.
Durante el último año, la bajada de los precios del petróleo ha contribuido a reducir la inflación, lo que a su vez ha permitido a los bancos centrales de todo el mundo emprender una política monetaria más acomodaticia. Sin embargo, una escalada de las tensiones en Oriente Medio provocaría un aumento de los precios del petróleo, causando una presión al alza sobre la inflación. En este escenario, los bancos centrales se verían obligados a cambiar su enfoque de estimular el crecimiento económico a controlar la inflación, lo que a su vez sería doloroso para los mercados de renta variable.