Análisis y Opinión

Las empresas como principales accionistas del futuro global

FUTURO Y SOCIEDAD

· Por Pablo Sánchez, CEO de Sanbex Group

Viernes 15 de mayo de 2020
Desde hace ya muchos años, el mundo se ha ido manifestando y ha ido cambiando respecto a como lo conocíamos. Podemos citar la tecnología digital y el cambio climático como algunos de estos ejemplos. Esto está teniendo una gran repercusión, pero nosotros nos resistimos a prestar la debida atención, ya que estamos muy ocupados con el presente, que es prioritario, pero debemos poner también el foco en el futuro, trabajar por el futuro global hacia el que nos dirigimos, porque esa sociedad depende de nosotros, de lo que hagamos hoy.

Atendiendo al capitalismo de los accionistas que predomina en nuestra sociedad y que está basado en la teoría del accionista formulada por Milton Friedman, dedicamos casi todos nuestros esfuerzos a trabajar en la generación de beneficios para los accionistas, priorizando la economía y los beneficios de las empresas sobre la economía y beneficios de la sociedad.

La generación de beneficios en las empresas es imprescindible, porque de ello depende el empleo, la generación de riqueza, de recursos y un largo etcétera. Es esencial para mantener el mundo como lo conocemos, poder mejorarlo y construir la sociedad del futuro con la mayor excelencia, personal y profesional, posible. El problema es que a nivel empresarial y concretamente desde de las grandes corporaciones multinacionales, que son las que en mayor medida tienen la oportunidad y la posibilidad de transformar y adaptar el capitalismo actual; se continúa con una política basada en la máxima generación de beneficios para los accionistas, dejando de lado a la sociedad. Esto sucede porque vivimos en un sistema en el que prevalecen los beneficios propios y presentes, dándole importancia únicamente a lo que es nuestro o ante lo cual respondemos y olvidándonos de la sociedad y del futuro, porque estos no los vemos como nuestros y como algo propio que nos afecta.

El Manifiesto de Davos de 2020 ha impulsado una vez más el capitalismo de las partes interesadas (stakeholder capitalism), del cual se habla desde hace décadas, estableciendo el propósito universal de las empresas en la Cuarta Revolución Industrial. Mediante este principio se pretende reformar y transformar el capitalismo, orientando a las multinacionales a que no sólo se centren en sus accionistas y en ser a su vez accionistas de otras corporaciones empresariales, si no que pongan su foco en la sociedad y en el futuro global, trabajando como sus accionistas y generando por lo tanto beneficios para la sociedad, presente y futura, como si de su propia empresa se tratase, es decir, viendo a la sociedad como algo propio y que les afecta. Por supuesto esta labor no depende únicamente de dichas corporaciones, si no que deben realizarla de conjunto con los gobiernos y la sociedad civil, para que este trabajo se traduzca en crear un mundo mejor y más sostenible.

Esto, que hace algunos años quizás parecía una utopía, actualmente se está haciendo realidad y, poco a poco, va siendo respaldado por algunos de los grandes actores del sector económico y empresarial a nivel global, como Bill Gates, Ray Dalio o Warren Buffet.

Por lo tanto, debemos tomar conciencia y trabajar en esa reforma del capitalismo actual, fijando dos nuevos objetivos: Futuro y Sociedad. Sociedad se traduce en personas, éstas son las que fueron capaces de construir el mundo en el que vivimos hoy y las que podrán hacer lo mismo con la sociedad venidera.

Tenemos que progresar en conocimientos, mejores técnicas y tecnologías para la generación de beneficios y el desarrollo de las empresas, pero no podemos olvidarnos de lo esencial, de los principios y valores de la sociedad. El progreso económico y tecnológico tiene que emplearse en generar un impacto social, en crear un valor en la sociedad.

Esto se irá aplicando en la práctica cuando los grandes actores económicos y empresariales de todo el mundo, sigan el ejemplo de algunas de las multinacionales que ya, a día de hoy, han hecho caso y puesto especial atención a los cambios que está viviendo el mundo y están transformando y adaptando sus políticas empresariales para desarrollar su actividad únicamente con empresas que, de alguna manera, generan beneficios para la sociedad, tanto del presente como del futuro.

Asimismo, la organización Business Roundtable, que engloba a los líderes de las mayores corporaciones tecnológicas, financieras, petroleras y automovilísticas de los Estados Unidos, también ha manifestado un cambio radical en los objetivos y en la política de generación de beneficios de las grandes corporaciones, de las que en gran medida depende la economía y la sociedad, mostrándose a favor del capitalismo de las partes interesadas.

Todo esto se resume en trabajar para acercar el binomio, cada vez más alejado, Economía - Sociedad, trabajar en la economía, en las empresas y en la generación de beneficios como tareas prioritarias, pero como herramientas para crear valor en la sociedad, en las personas, y no sólo del presente, si no si cabe y aún más, en la del futuro, la cual se está forjando actualmente y es nuestra responsabilidad.