Se han pasado estos años consintiendo disparates fiscales, normativas incumplibles, desatendiendo las sugerencias de los que no pueden sostener ni permitirse lo que les va a llevar al cierre, y aceptando todo lo que les proponían desde las instituciones o asociaciones y sindicatos, porque se ganaba dinero y todo se permitía.
Los desplantes de Funcionarios, los retrasos en permisos, concesiones, licencias, los “chantajes” de los responsables y las amenazas y ocultismos de las leyes fiscales. Todo, todo lo han permitido. Disparates como que a los empleados del paro no les conviene trabajar porque pierden derechos adquiridos. Porque los empresarios de 1 o dos empleados, que son legión, no pueden permitirse el mismo baremo que los de 50 o mas, ni ser tratados por el mismo rasero. Porque si tienen absentismo tienen que cerrar el negocio y nadie les resarce.
Responsables, cuando no colaboradores, de que las instituciones financieras nos asalten por dejadez de control, responsables de no protegernos ante las fuerzas que el pequeño empresario no controla, o ni siquiera conoce en muchas ocasiones.
Negociando sin control, sin prudencia, sin equidad, sin visión de futuro, sin prevenir lo que puede ocurrir, cuando no colaboradores de lo que ocurre por dejadez de vigilancia o por intereses bastardos o espurios.
A cada uno lo suyo dirigentes empresariales, sepan que están suspendidos en gestión y son los responsables del desastre cuando no los causantes directos por no prevenir y crear redes de seguridad, cuando se ganaba dinero, que sostuviera la actividad cuando decreciera. Y por su silencio mortal ahora y dejarnos en la absoluta indefension ante las Administraciones voraces y confiscatorias.
Por dejar crear esta maraña burocrática y de impuestos, tasas y cuotas hasta el infinito, sin una palabrita de protesta, ni con la boquita pequeña. Todos son culpables.