Para Joan. J. Puig, “este acuerdo es una gran oportunidad para que el sector corchero y el vitivinícola sumen esfuerzos y trabajen para alcanzar sus objetivos compartidos”.
Líneas de colaboración
El acuerdo de colaboración establece que ambas partes se apoyarán en cuestiones como la difusión de la importancia de las normas UNE referentes al tapón de corcho así como en la comunicación de cuestiones relacionadas con la cultura del vino y sus implicaciones positivas, por ejemplo, en la fijación de empleo rural y sostenibilidad.
En materia de formación, el convenio abre la puerta a diseñar e impartir formación on-line o presencial, participar en jornadas técnicas sobre buenas prácticas de embotellamiento o controles de calidad y puntos clave en el proceso de embotellado, entre otros.
Las partes también podrán colaborar en iniciativas relacionadas con la reutilización de residuos y economía circular a través del tapón de corcho o participar en proyectos de compensación de CO2.