Las mayoría de los estereotipos catalanes son falsos. La idolatrada frase “los catalanes nunca hemos sido…” es irreal. Podemos colocar cualquier adjetivo y transformaremos una falsedad en una realidad. La afirmación “Cataluña no es un país violento” es falsa. Es y ha sido una región conflictiva desde sus orígenes. Jaume Vicens Vives explica como en Cataluña se han vivido once revoluciones en los últimos cinco siglos. Por el contrario Castilla sólo ha participado en nueve; Francia en siete; los Países Bajos en cuatro; o Inglaterra en tres. Esto es un país violento y no lo que nos han querido vender.
En la cultura tradicional catalana el debate sobre el seny y la rauxa se define como la lucha entre la virtud y el pecado. Añadiendo que la figura de Sant Jordi luchando contra el dragón es el símbolo gráfico de esta lucha. Pues bien, ya que volvemos a la mitificación de todo lo ocurrido, también lo tenemos en el hecho del seny y la rauxa. Y es que gran parte de la historia que conocemos fue inventada por la factoría Renaixença a mediados del siglo XIX. Cataluña debía tener una historia apoteósica y, como que no la tenía, se la inventaron. Desde su formación hasta la opresión de un estado centralista, pasando por la independencia, fueros y constituciones.
Lo que se vive actualmente en Cataluña forma parte de un acto cíclico. Cada cierto tiempo se repite. Esto ocurre desde hace cuatrocientos años, en la época de Pau Claris. Y así, luchando contra los elementos, han querido imponer una historia que nunca ha existido. Y la pregunta que nos podemos hacer es: ¿por qué han actuado así? El nacionalista catalán tiene un trauma porque no quiere ser normal, al considerarse tocado por una ser superior. Esto le provoca un sentimiento de inferioridad que focaliza en estas ansias de demostrar la superioridad de la raza catalana.
En El seny y la rauxa en Cataluña, la lucha entre la virtud y el pecado el lector conocerá la verdad sobre los pilares en los que se asienta el pensamiento independentista y descubrirá que existió la factoría Renaixença que es fundamental para conocer de dónde venimos y porqué estamos en la actual situación.
Jaume Vicens Vives en Noticia de Cataluña (1954) pone las bases para comprender esta lucha entre la virtud y el pecado, el seny y la rauxa al escribir que “Seny, trabajo, pacifismo, delegaciones de poder, tolerancia fundamental, guía de actos de los catalanes durante generaciones enteras y nos hacen creer que somos el pueblo más conservador y tradicionalista de la tierra. Las alteraciones subversivas las atribuimos a la perversidad de elementos extraños, que desde dentro o fuera hacen cuanto pueden por combatirnos y destruirnos”.
Se explica que, cuando Dios creó el mundo, no tuvo que hacer nada en Cataluña, pues ya existía. Esta soberbia, ¿a qué es debida? A un sentimiento de inferioridad. Asimilar esto es comprender a los catalanes. Y Josep Pla hizo una excelente radiografía al escribir que: “el pueblo que no logra manifestar su subconsciente de manera holgada, libre y normal, pierde fatal y certeramente su personalidad. El arrinconamiento al que aludo crea en el catalán un sentimiento de inferioridad permanente. Esto ha dado lugar a una psicología curiosa: la psicología de un hombre dividido, que tiene miedo de ser él mismo y, al mismo tiempo, no puede dejar de ser quien es, que se niega a aceptarse tal como es y que no puede dejar de ser como es”.
El autor
César Alcalá (Barcelona, 1965). Es escritor, periodista e historiador. Actualmente compagina su labor al frente del grupo Revista Digital con la dirección de Occidental World Magazine. Articulista en diferentes medios de comunicación. Está especializado en la guerra civil y las guerras carlista. Entre sus obras debemos destacar: Checas de Barcelona, La llista maçònica, Checas de Valencia, Los niños del exilio, Las checas del terror, Les guerres remences, Històries encantades de Catalunya, Voluntarios catalanes en la guerra de África, Claves para comprender el independentismo, Constitucionalistas sin complejos, Los niños del exilio, La llista maçònica, Chekas, las prisiones republicanas, entre otros.