Pues bien, ya que nos insulta, sufra Ud. un par de aclaraciones por si le hacen retractarse. En primer lugar, los que deseamos que España sea una sociedad de ciudadanos unidos, libres, iguales y solidarios, en el más puro espíritu de nuestra Constitución, hemos observado durante lustros como los enemigos declarados de esa España, los amigos de la fractura y los odios racialo-tribales, han podido ejercer su labor destructiva y deconstructiva de manera creciente y eficaz gracias a la banalización del separatismo, de los valores anti democráticos y del golpismo a cámara lenta. Tal vez seguir practicando la permisividad y el retorcimiento del Estado de Derecho no sea una buena idea porque se lleva haciendo unos 35 años y hemos llegado al abismo. Por cierto, no es que nos deba preocupar que las oligarquías separatisto-golpistas puedan repetir la felonía, es que lo están repitiendo todos los días. Si no lo cree, lea Ud. el programa de Gobierno de la región catalana u oiga Ud. el discurso del inenarrable Aragonés.
Tal vez sea el momento de cambiar de modo, de hacerse respetar y de no banalizar los gravísimos delitos, para utilizar la Ley en su versión pedagógica: “Hasta aquí podíamos llegar”. Le recuerdo que los Gobiernos de la democracia española, sea esta militante o no, tienen el inexcusable deber de defender la integridad de la Nación como premisa indispensable para el florecimiento del bien común. No sería así con las colonias, pero hace mucho que en España no hay colonias. Por si no tiene tiempo de aprender Historia, dedicado que ha estado a su tesis, le recordaré una evidencia. Hace unos 90 años, Lluis Companys fue encarcelado por la República (La segunda República adorada, ¡eh!) por hacer más o menos lo mismo que los delincuentes “presos” en LLedoners. Una izquierda más radical y más buenista lo amnistió en el convencimiento de que se volvería bueno y que ello acabaría con el separatismo de la oligarquía catalana. ¿Sabe Ud. como acabaron España, la República y el propio Companys? Para pensar. Memoria histórica.
Por cierto, ¿Esta Ud. seguro que la Ley de Memoria histórica no es revanchista ni vengativa? No vaya a ser que haya más revanchistas y vengativos de lo que se piensa…
La semana que viene expondremos el segundo motivo, más lacerante, por el que sus insultos no proceden, Señor Presidente del Gobierno del Reino de España…