Mientras tanto, en EE.UU, continúa la temporada de publicación de resultados del tercer trimestre. Si bien los analistas suponen en general que se mantendrá un sólido crecimiento de los beneficios, se han vuelto más cautelosos de cara a la temporada de resultados, lo que se refleja en la dinámica de las revisiones de beneficios. La relación entre revisiones al alza y a la baja se sitúa claramente por debajo de su máximo y sigue descendiendo desde sus altos niveles. Si bien un menor optimismo deja margen para que se produzcan sorpresas positivas, es improbable que los resultados publicados superen las expectativas en la misma medida que en los últimos cinco trimestres. En vista de la combinación incómoda de desaceleración del crecimiento mundial y una mayor presión inflacionista, los inversores analizarán si las empresas están experimentando ya una presión sobre los márgenes o la esperan próximamente. En este sentido, también será relevante la medida en que las empresas sean capaces de gestionar los cuellos de botella de las cadenas de suministro.
Claves de la Próxima Semana
La próxima semana estará dominada por los indicadores de confianza. Arrancamos el lunes con el índice Ifo de clima empresarial de Alemania y el índice de actividad nacional de la Reserva Federal de Chicago en EE. UU.
El miércoles se publica el índice GfK de confianza de los consumidores de Alemania y en EE.UU. se conocerán los nuevos pedidos de bienes duraderos. El jueves se sabrá el dato del clima económico y la evolución de los precios al consumo de la zona euro, así como las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo de EE. UU. Estas han
mostrado últimamente un mercado laboral ajustado, lo que podría provocar nuevas presiones sobre los precios.
Asimismo, se publican los datos del crecimiento del PIB del tercer trimestre de la zona euro y de EE. UU. Entonces, ¿habrá estanflación? El término parece demasiado contundente, y muestra que los mercados se mueven con facilidad de un extremo a otro, y que el “relato” a menudo presenta términos pegadizos pero no del todo apropiados, como nos recuerda Robert Shiller. No obstante, la inflación está ahí y es de prever que aún dure un tiempo.
En cuanto a la situación técnica, los mercados de renta variable se mueven en aguas agitadas, por lo que es probable que se produzcan nuevas caídas. De momento, las líneas a 200 días muestran una buena resistencia y los indicadores de fortaleza relativa también se mueven en un terreno relajado. Esto debería de mitigar las posibles presiones bajistas. Por otra parte, los rendimientos de la deuda pública a largo plazo de EE. UU. y la zona euro, así como el índice de precios de las materias primas de Bloomberg, se han disparado.
Les deseo un crecimiento sostenible y unos precios estables.