La economía digital va más allá de los bienes adquiridos y abarca la infraestructura y los dispositivos que utilizamos para conectarnos con esta red global. Y más sucintamente, es una revolución industria 4.0. Para apreciar plenamente las complejidades del sistema actual, hay que mirar más allá de los métodos empresariales usuales. Considerando que las transacciones son esenciales, pero también lo son las experiencias.
Cuando mucha gente viaja, especialmente las generaciones más jóvenes, quieren vivir como los cuidadanos del lugar en vez de viajar como turistas. Los modelos empresariales que una vez se pensó que eran inamovibles, las vacas sagradas, están ahora en una encrucijada. Adaptarse a las nueva economia digital utilizando las tecnologias de la información y comunicaciones es el reto.
Consideremos que hace 15 años el cable gobernaba las ondas y, hace diez años, usar los sistemas inalámbricos era algo que menos de un millón de personas estaba haciendo. Hoy en día, existen cientos de aplicaciones de streaming y las empresas de cable se enfrentan a la competencia directa de proveedores de servicios de TV principalmente en línea.
Sectores tales como los viajes y el entretenimiento ciertamente captan su cuota de titulares. El show y las partes compartidas de la economía digital también atraen mucha atención, aunque no sea por otra razón que el factor de la curiosidad.
La economía digital va más allá de los negocios tradicionales y de los nuevos generadores económicos. Es un movimiento de masas hacia el compromiso colectivo en todos los niveles de la escala económica. Ni hay ni habrá excepciones.