Todo el mundo conoce cuáles han sido las decisiones de la Reserva Federal de los Estados Unidos en su última reunión. Pero no tanto las consecuencias de esas decisiones en el medio plazo, cómo las interpretan realmente los mercados ni lo que pueden estar diciendo entre líneas. Les damos nuestra visión al respecto: La reacción de los mercados es perfectamente lógica. Lo que más temen es la incertidumbre y se ha confirmado el escenario que ya habían descontado previamente. También es totalmente lógico que hayan subido las bolsas en USA. Porque: Se reduce el estímulo económico porque la economía ya no necesita ninguna ayuda, lo cual siempre es una buena noticia para los negocios. Reducir el estímulo monetario no es lo mismo que subir los tipos de interés oficiales. Se ha clarificado que, si la reducción de las compras de bonos no finalizará hasta marzo, las subidas de tipos tampoco se producirán antes.
Las subidas de tipos serán en marzo o abril con el crecimiento económico asentado. Y probablemente ya se habrán superado los efectos que pueda tener la variante omicron, que parece confirmase que es muy infecciosa pero no más grave que las anteriores, o incluso menos. Y que además funcionan los refuerzos de vacunas y los tratamientos.
Las propias opiniones (el famoso “dot plot”) de los miembros de la Reserva Federal sitúan los tipos de interés en el entorno del 1 % a finales de 2022, una vez se realicen las tres subidas de tipos que prevén realizar. Con un crecimiento estimado del 4 % de la economía para el año que viene no son unos tipos de interés que vayan a dañar el crecimiento.
Tipos de interés en el entorno del 1 % son históricamente bajos. Son tipos muy normales para un país como EEUU y su capacidad de crecimiento y dinamismo económico. Lo que no era normal era que fueran del 0 %. No estamos entrando al menos por el momento en un ciclo de tipos altos. Es perfectamente posible que las empresas ganen dinero con esos costes de financiación y en una economía en claro crecimiento.
Es peor que haya empresas “zombis” que funcionan porque el dinero es gratis. Las empresas que no sean capaces de asumir tipos de interés del 1 % en el corto plazo o del 1,50 % en el medio plazo probablemente no tienen la salud adecuada para mantenerse en el negocio.
La reacción de los bonos también es comprensible. En los plazos medios subieron los tipos de interés y bajaron los precios, como no podría ser de otra manera. No tiene ninguna lógica que es un bono a dos años del 0,6% anual cuando los tipos de interés oficiales se irán situando en el 1 % según declara la propia Reserva Federal.
De hecho, si se cumpliera este escenario el tipo de interés de los bonos de corto y medio plazo debería situarse claramente por encima del 1 %.
Los bonos no han caído más, especialmente los plazos largos, porque se diga lo que se diga en medios y redes sociales, lo que preocupa a los inversores es que la Fed se asuste y se pase de frenada, haciendo que se reduzca el nivel de crecimiento esperado.
La moderada subida de tipos y caída de precio que se produjo en los plazos largos confirma esta visión: el mercado considera que lo que ha hecho la Fed es suficiente y que si hubiera ido un poco más allá habría puesto en peligro el crecimiento económico (en cuyo caso habría subido el precio de los bonos de largo plazo y bajado el tipo de interés)