Abascal propone una amplia variedad de platos tradicionales españoles para todos los gustos. Diego Fraile, el chef ejecutivo, selecciona personalmente las materias primas con las que trabajan, apostando por proveedores locales
El objetivo de este restaurante situado en el número 66 de la Calle Fernández de la Hoz, en Madrid, es “degustar lo mejor de cada rincón de España”. Para ello, apuestan por los productos de temporada ofrecidos por proveedores locales y con nombre propio. El fuego y las brasas son los protagonistas, tanto en carne como en pescado. Algunos de los platos que incluye su carta son la fideguá con carabineros, callos a la madrileña, sardinas al carbón con mojete manchego, o puerro joven a la brasa con avellana, trufa y ajos asados.
El espacio del establecimiento se compone de una espaciosa terraza rodeada de vegetación y de un salón interior de estilo colonial decorado con sillones de rafia, lámparas de tejido natural, y plantas bananeras. El equipo de Abascal recomienda este último para los clientes que prefieran un lugar más acogedor, en el que además se podrá disfrutar de música en directo. La novedad que diferencia al restaurante es la integración de un pequeño market de encurtidos, conservas, verduras, mieles y dulces, entre otros productos. El cliente tendrá la posibilidad de seleccionar las verduras que desee y pedir a su equipo en barra que las preparen para poder degustarlas al momento, “de la huerta al plato”, como dice el lema del restaurante. De igual manera, como si de un mercado tradicional se tratase, los productos también estarán disponibles para llevárselos a casa. Aceite Elizondo premium, muslitos de codorniz en escabeche, pimientos del piquillo, pasta italiana tricolore, confitura de higos, panettone tiramisú, o miel de flores y lavandula son algunos de los muchos productos que ofrece este market.
Abascal también cuenta con una amplia variedad de smoothies y batidos, tés fríos y granizados, vinos blancos y tintos, y cócteles premium con y sin alcohol. De esta forma, la visita al restaurante no se trataría de una mera experiencia gastronómica, sino que se busca también ofrecer una experiencia múltiple con amigos, en pareja o en familia, o incluso en solitario.