Los principales retos son claros: alta estacionalidad, condiciones laborales poco atractivas para las nuevas generaciones y una oferta formativa insuficiente. El 95% de los trabajadores considera que el salario no se corresponde con el esfuerzo requerido, con sueldos hasta un 40% inferiores al promedio nacional.
Además, se exige una creciente cualificación: camareros con idiomas, cocineros con formación técnica, recepcionistas con habilidades digitales... Sin embargo, el 42,9% de los profesionales del sector no supera la educación obligatoria.
Esta situación ya está teniendo consecuencias visibles: en Canarias, varios hoteles se han visto obligados a cerrar plantas completas por la falta de personal, incluso en plena temporada alta, y en Galicia, establecimientos están recurriendo a estudiantes de instituto y universidad como refuerzo de verano, ante la imposibilidad de contratar personal formado.
Desde Synergie, con una división especializada en hostelería, turismo y eventos, analizamos esta situación crítica y compartimos soluciones concretas desde la gestión de personas: formación adaptada, conciliación real, políticas inclusivas, profesionalización de los oficios y tecnología aplicada.