Mientras tanto Putin y su aliado ordenaban desplegar miles de uniformados y equipos de combate en la frontera occidental en preparación de la maniobras militares Zapad 2025 que comenzarán el fin de semana. La edición anterior de 2021 ofreció a Moscú la oportunidad de movilizar unidades de fuerzas especiales en la frontera con Ucrania. Algunas se utilizaron en la primera fase de la invasión que comenzó el 24 de febrero de 2022. No se corre el riesgo de ser tachados de alarmistas por dramatizar lo que está sucediendo. Una valoración compartida por Donald Tusk, que ha descrito una situación equiparable a la de 1939.
Según un agente del servicio de inteligencia militar español (CIFAS) los drones no estaban armados. Es decir que actuaban como los señuelos que Rusia utiliza sistemáticamente en Ucrania para burlar las defensas antiaéreas y consumir munición valiosa antes de lanzar operaciones letales a gran escala. Es un hecho que lo vehículos no tripulados no causaron víctimas y los restos analizados por los especialistas polacos confirman lo que podría tratarse de una prueba piloto. Cabe señalar que algunos de los drones eran de fabricación iraní.
Tusk mismo en rueda de prensa habló de una “provocación”, y la teoría más respaldada por los analistas es que Moscú buscaba probar una eventual respuesta comunitaria y euroatlántica. Un experimentado conocedor de los servicios de inteligencia rusos la define como “operación hibrida de riesgo limitado”. En los días previos también se produjo una interferencia del GPS en el avión que transportaba a Úrsula Von der Leyden de Moldavia a Bulgaria. “Otra provocación” afirma un ex oficial de inteligencia que asegura tratarse de “episodios relacionados, aquí no hay casualidades de ningún tipo”.
¿Cuáles han sido las consecuencias? “Desde una perspectiva estrictamente militar”, afirma un ex ingeniero del Ejército del Aire, “al menos dos son evidentes”. Hubo “una respuesta funcional tanto de Polonia como de las aeronaves aliadas”. Cazas italianos y holandeses despegaron como parte de la llamada enhanced Forward Presence (eFP) que la OTAN secundó en 2014. En lo que ha sido el primer enfrentamiento entre la Alianza y las fuerzas de Moscú dentro del área europea, los drones fueron derribados y el sistema de alerta, incluso el civil, se activó de inmediato.
También es cierto que los vehículos lograron traspasar el espacio aéreo aliado y no fueron abatidos por las defensas terrestres como los misiles Patriot. Cohetes de fabricación estadounidense y que se fabrican bajo licencia en Alemania). Lo que indirectamente poner de relieve la eventual insuficiencia del sistema desplegado en el frente oriental de la OTAN y de la UE.
El gobierno polaco invocó el art. 4 del tratado de Washington, que permite a cualquier estado miembro solicitar ayuda extraordinaria a los restantes aliados en caso de amenaza a su integridad territorial. Algo que sólo había ocurrido con Turquía en las décadas anteriores y recientemente exigido por los países más vulnerables a raíz de la invasión rusa en Ucrania de 2022. La Alianza elevó su nivel de alerta y el secretario general Mark Rutte anunció una investigación interna sobre el incidente, las causas, modalidades e implicaciones.
La incursión de los drones pilló a los estamentos comunitarios desprevenidos. Von der Leyden estaba a punto de pronunciar en Estrasburgo el discurso sobre el Estado de la Unión. Un ritual inaugurado por José Manuel Barroso hace quince años y que se ha transformado en una costumbre. Aprovechando la oportunidad, la teutona reiteró con fuerza el mensaje de unidad europea y de compromiso común con la defensa. Según Benedetta Berti, special advisor de Rutte, una de las iniciativas prevista es crear un muro, que financiaría Bruselas, para vigilar la frontera oriental y contribuir a la puesta en marcha de un Iron Dome comunitario. Propuesta lanzada hace unos meses por Alemania al margen de la UE.
El discurso sirvió también para sanar algunas de las heridas que no lograban cicatrizar, incluyendo mociones de censura parlamentarias y críticas de gobiernos que, después de la toma de posesión de la Comisión, han socavado su autoridad y la estabilidad de la mayoría en hemiciclo. Las acusaciones a Von der Leyden de intrusismo y excesivo protagonismo institucional – muchas de ellas proceden del Gobierno de España – no encuentran sentido en una Europa que necesita del liderazgo suficiente para eclipsar las desavenencias entre administraciones. Estas únicamente contribuyen a nuestra creciente vulnerabilidad.
El ataque ruso también buscaba la reacción de Donald Trump. La respuesta del mandatario norteamericano ha sido la esperada, primero con un texto críptico en la red Truth Social, y luego con una llamada telefónica al ultraconservador presidente Nawrocky, aliado político y enemigo declarado de Tusk. Amargamente, es lo que diga o haga el tycoon a determinar si las provocaciones del ex oficial del KGB se mantendrán tales o se convertirán en actos intimidatorios con todos los riesgos que conlleva un error de cálculo. Europa una vez más entre la espada y la pared…