Conocido como "el puente tecnológicamente más complicado", cruza líneas de transporte marítimo en el océano Lindging. "Tuvimos que emplear tubos sumergidos. Debido a la falta de experiencia, nos llevó 96 horas dejar el primero de ellos en el océano, y muchos de los ingenieros y trabajadores apenas durmieron durante cuatro días consecutivos", explicó Yin Haiqing, uno de los ingenieros líderes.
El buró de gestión del puente también fijó un estándar para la calidad del cemento.
"Necesitábamos que varias secciones trabajasen simultáneamente, por lo tanto teníamos 16 estaciones de mezcla de cemento operando al mismo tiempo, y nos aseguramos que todos tuvieran el mismo estándar", detalló Lu Huaying, otro ingeniero del proyecto. Los diseñadores también minimizaron el impacto ambiental cuando construían la obra, que transcurre por encima de las aguas que albergan a los delfines blancos chinos.
Durante la construcción, el número de delfines aumento de 1.400 en 2009 a 2.100 en 2016, según el buró de gestión. El puente, en forma de Y, reducirá el tiempo de viaje entre Hong Kong y Zhuhai de tres horas a apenas 30 minutos, e integrará, de esta forma, las ciudades ubicadas en el delta del río de la Perla, indicó Wei Dongqing, subsecretario del Partido Comunista de China del departamento de gestión.