Cuando alguien cosifica a una persona, esta pierde su condición de ser humano, pierde todo derecho, se convierte en una cosa prescindible, cuya eliminación o no, dependerá de la conveniencia del momento y si “la cosa” es prescindible o incluso dañina. No se tiene conciencia de estar haciendo algo malo, no se tiene conciencia de estar matando o violando a nadie, el sujeto “cosificado” es una cosa, no una persona. Solo así, uno puede llegar a entender, que jamás respetar o justificar, como después de lo que sabemos, después de lo sucedido a lo largo de casi cien años, se sigan mostrando orgullosos de ese pasado de terror, odio y crimen.
En España, una parte importante de la población, esta o estamos sufriendo una “cosificación” lenta y paulatina, que está cogiendo cada vez mas impulso en los últimos tiempos, entre otras cosas por la inoperancia de las autoridades, que con su falso buenismo, colaboran en este proceso de cosificación del diferente, del disidente. Se reescribe peligrosamente la historia, se le quita reconocimiento y calles a víctimas, se las cosifica y se justifica su muerte y crimen, y se les sustituye por verdugos, genocidas y criminales.
Solo con la justificación de la cosificación, uno deja de tener conciencia, deja de tener remordimientos. Puede pertenecer a colectivos que defiendan los derechos humanos, estar en contra de la pena de muerte y a favor de la libertad, pero solo de la suya, no de los que él considera cosas, y a la vez, ver el aborto como un derecho y no como un drama, estar próximos a grupos terroristas o incluso próximo a regímenes de países donde precisamente no existen ni derechos humanos ni libertades. Pero eso es lo de menos. Las cosas no tienen derecho, y cosa es todo aquel que no admita lo que yo digo o pienso. Todo diferente a los dogmas de los que considero políticamente correcto, que es lo menos correcto política y socialmente hablando. Si no despertamos pronto, pasaremos de ser cosas, que es donde nos encontramos en este momento, a ser cosas prescindibles, que es hacia dónde vamos.