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UNA HORA EN LIBERTAD

Violación y asesinato

Javier García Isac, director de www.radioya.es
Javier García Isac, director de www.radioya.es

· Por Javier Garcia Isac, director de www.radioya.es

sábado 13 de enero de 2018, 10:25h
No encuentro explicación para justificar lo injustificable. No encuentro argumentos validos para el crimen, el asesinato o la violación. Después de intentar comprender a todos aquellos que desde una perspectiva política se encuentran orgullosos de una ideología que asesino como mínimo, a más de cien millones de personas durante el pasado siglo XX, que es la responsable directa de la privación de libertad en países de medio mundo, que apoyo guerrillas asesinas y desestabilizadoras, guerras absurdas, movimientos terroristas, que fue connivente con el narco tráfico, el secuestro y la extorsión y que genero un modelo económico ruinoso y esclavista, no encuentro otro razonamiento que el de la “cosificación”. Cuando una persona justifica crímenes, violaciones, secuestros y llama hombres de paz a miembros de bandas terroristas culpables de casi mil muertos en España, cuando una persona se siente orgulloso del pasado de terror, odio y crimen de su partido político, cuando amenaza con repetir esos hechos con frases tristemente conocidas como “arderéis como en el 36” , cuando sujetos e individuos se ríen del dolor ajeno y banalizan el crimen de un hombre por llevar simbología española que ellos consideran ofensiva, cuando estos mismas personas, individuos o sujetos pertenecen a colectivos cuyo falso argumentarlo es la defensa de la libertad, los derechos humanos, el animalismo, o las mujeres, y hacen y dicen lo contrario de lo que predican, solo se puede encontrar una justificación para su injustificable conducta. Cosifican a todo aquel que no piensa como él. Que no se ajusta a su modelo ideológico de ser o de pensar.

Cuando alguien cosifica a una persona, esta pierde su condición de ser humano, pierde todo derecho, se convierte en una cosa prescindible, cuya eliminación o no, dependerá de la conveniencia del momento y si “la cosa” es prescindible o incluso dañina. No se tiene conciencia de estar haciendo algo malo, no se tiene conciencia de estar matando o violando a nadie, el sujeto “cosificado” es una cosa, no una persona. Solo así, uno puede llegar a entender, que jamás respetar o justificar, como después de lo que sabemos, después de lo sucedido a lo largo de casi cien años, se sigan mostrando orgullosos de ese pasado de terror, odio y crimen.

En España, una parte importante de la población, esta o estamos sufriendo una “cosificación” lenta y paulatina, que está cogiendo cada vez mas impulso en los últimos tiempos, entre otras cosas por la inoperancia de las autoridades, que con su falso buenismo, colaboran en este proceso de cosificación del diferente, del disidente. Se reescribe peligrosamente la historia, se le quita reconocimiento y calles a víctimas, se las cosifica y se justifica su muerte y crimen, y se les sustituye por verdugos, genocidas y criminales.

Solo con la justificación de la cosificación, uno deja de tener conciencia, deja de tener remordimientos. Puede pertenecer a colectivos que defiendan los derechos humanos, estar en contra de la pena de muerte y a favor de la libertad, pero solo de la suya, no de los que él considera cosas, y a la vez, ver el aborto como un derecho y no como un drama, estar próximos a grupos terroristas o incluso próximo a regímenes de países donde precisamente no existen ni derechos humanos ni libertades. Pero eso es lo de menos. Las cosas no tienen derecho, y cosa es todo aquel que no admita lo que yo digo o pienso. Todo diferente a los dogmas de los que considero políticamente correcto, que es lo menos correcto política y socialmente hablando. Si no despertamos pronto, pasaremos de ser cosas, que es donde nos encontramos en este momento, a ser cosas prescindibles, que es hacia dónde vamos.

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