El problema del disfraz es que puede marear al electorado y desactivarlo. Si Sánchez se confunde con Rivera o con Iglesias con el mensaje. Si Rivera se confunde con Sánchez y con Casado mediante el mensaje y los fichajes de los descartes de otros partidos, o incluso con Abascal. Si Casado se disfraza de Abascal y de Rivera, esto va a parecer una Cuaresma de Carnaval que va a dejar al electorado bastante mareado o confuso.
Puede llegar uno a pensar, no que todos son iguales como pretenden quienes quieren desactivar el voto (generalmente hackers rusos o americanos, o el cuñado que está muy “enterao”), sino que son el mismo. Cuidadín con los mensajes que nos den en esta campaña de líderes jóvenes, guapos, con labia y con más voluntad de robar votos al de al lado que de explicarnos su programa electoral real.
El Síndrome de Fregoli va acompañado de pensamientos de tipo paranoico y de manía persecutoria. Aquí podemos acabar todos locos.