Tampoco estamos hablando de igualdad de oportunidades, que sí es un “desiderátum” por el que hay que luchar continuamente, pero que se puede dar en distintos regímenes.
No, la igualdad con la que soñamos los defensores de la España de libres iguales y solidarios es la que asegura la soberanía del ciudadano, el principio toral que establece la Ley y defiende la Justicia: es la igualdad de derechos y obligaciones POLÍTICAS, en el sentido más noble. La que aborrece de ualquier discriminación entre españoles por razones de sexo, raza, creencias o residencia. La que asegura que nadie puede quitarnos el derecho a decidir democrático sobre nuestro futuro colectivo para otorgárselo a cualquier sub-colectivo. La que hace imposible que los españoles estemos en una “Nación de naciones” con distintos derechos políticos.
De eso se trata de nuestro esencial cemento democrático. No frivolicemos con desenfoques frivolones. Y Uds. verán si esa igualdad fundamental , que condiciona todas las demás, y todas las libertades, además de conformar nuestra dignidad y nuestro ser goza, de buena salud en España. Y después voten, si les importa.