El billete verde tomó impulso en el día de ayer, después de escalar desde inicios de la semana frente a sus principales rivales. El movimiento parecía alinearse a la operativa bursátil en el día, aunque la caída de los rendimientos del Tesoro a 10 años añadió presión a la dinámica del dólar. La cifra JOLTS de nuevas plazas vacantes en julio soportó la visión de Bullard, indicando que la lenta recuperación del mercado laboral está fundamentalmente determinada por el lado de la oferta y no la demanda de empleo, ya que se abrieron más posiciones de las que fueron ocupadas. Este argumento impulsa a los “halcones” de la Fed que abogan por el inicio del tapering este año, independientemente del débil repunte de las nóminas no agrícolas de agosto. El tema seguirá recibiendo atención en el día de hoy con la publicación de las solicitudes semanales de ayuda al desempleo, un indicador que continúa desacelerándose progresivamente. Fuera de fronteras, el mercado de divisas se centra en la reunión del BCE, el que podría introducir las primeras señales de tapering de los programas de emergencia, incluso antes que la Fed.
La libra esterlina logró acortar las pérdidas frente al dólar en el día de ayer, después de deslizarse sostenidamente en la primera parte de la sesión europea. Boris Johnson obtuvo suficientes votos parlamentarios para aumentar los impuestos a su máximo nivel histórico con el fin de financiar la atención médica y social. En el frente de política monetaria, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, testificó ante el parlamento que es razonable suponer que los tipos de interés aumentarán en los próximos años, un comentario que hizo poco ruido en los mercados financieros. Una vez más, el calendario de datos doméstico es ligero para la jornada, lo que deja a la libra a merced de una dinámica más amplia del dólar estadounidense y de la comunicación del BCE más tarde en el día.
El peso mexicano tuvo una operativa errática en la jornada de ayer, aunque logró cerrar con ganancias marginales frente al euro. La dinámica de la divisa azteca ha estado especialmente marcada por la narrativa más general del dólar y los mercados financieros internacionales, aunque hoy centra la atención en la inflación doméstica. Las cifras se publican y se espera que la inflación general continúe mostrando una lenta desaceleración. No obstante, la inflación subyacente en la economía no parece dar señales de ceder, lo que podría dar motivos a Banxico para continuar el ciclo de ajuste de la política monetaria en los próximos meses. En este sentido, el panorama alcista de la divisa es bienvenido por el banco, como un mecanismo para frenar la influencia de los repuntes inflacionarios externos.