· Treinta años después del espantoso genocidio siguen debatiéndose las causas y transfiriéndose responsabilidades en un contexto polarizado donde la evocación de la masacre es instrumentalizada con fines políticos
11/08/2025@19:15:00
El pasado 11 de julio se conmemoró el trigésimo aniversario del pogromo que apagó las vidas de ocho mil bosnios a manos de las tropas de Ratko Mladic. El carnicero serbo justificó el exterminio alegando que la reconquista del enclave de mayoría musulmana era decisivo en términos militares. En mayo de 2024 Naciones Unidas (ONU, NdA) proclamó la efeméride como el Día Internacional de Reflexión y Conmemoración del Genocidio. El segundo aniversario queda marcado por el entierro de las víctimas identificadas en el último semestre y las reflexiones sobre la actual situación de Bosnia Herzegovina. Un país que desde hace tiempo sufre una parálisis institucional debido a un separatismo que se originó parcialmente en la misma Srebrenica. Cuando en 2021 el diplomático Valentin Inzko, entonces Alto Representante y máximo supervisor de la implementación de los acuerdos de Dayton, añadió el delito de negacionismo – tipificado en el Código Penal Español en el artículo 607 bis – de genocidio al equivalente bosnio, el presidente Milorad Dodik de la República Serbia de Bosnia, una de las dos entidades que forman el Estado, recuperó sus amenazas de secesión del sistema judicial nacional.