Primero que nada hay que felicitarse de que a la Unión Europea se nos entregase el Premio Nobel de la Paz, por su real contribución a la pacificación de Europa después de la segunda guerra mundial en la que nuestra Europa fue desgraciadamente la gran protagonista. Pero para seguir siendo merecedora a ese noble otorgamiento, Europa debe seguir apostando por la paz, y bien entendido que hoy por hoy las guerras son más económicas que militares, Europa debe seguir el camino de una paz económica, poniendo algunos Países de su parte las restructuraciones necesarias y los otros la solidaridad y trazar el camino de una lucha contra las desigualdades.
Llevamos unos años muy duros en toda Europa y sobre todo los dos últimos, con una crisis de identidad europea, acrecentada por la crisis de la debilidad del euro, como consecuencia de la crisis de deuda Soberana de muchos Países. Aunque acotada la crisis todavía no ha terminado, hemos cometido los errores de ir afrontado la crisis paso a paso y no como una crisis global, que hubiese sido más adecuada, empezamos por Grecia, Portugal, Irlanda, como si fuesen causas separadas y todo era lo mismo incluidas España e Italia, de esta forma hemos permitido que se beneficien los especuladores y que los Países que más sufrían se les añadiese un plus por la especulación. No podía ser que Países de la Unión Europea como Polonia fuera del Euro pagasen menor prima de riesgo que Países como España e Italia por estar en el euro. O que Hungría en crisis financiera y económica pagase más o menos la prima de los dos grandes países latinos.
Pues bien estamos a punto de volver a cometer el mismo error, que España pida en solitario el rescate menor de apoyo del BCE, olvidándonos de que Italia se encuentra en parecida situación, y que la especulación podría volver con fuerza hacia ellos. El Fondo monetario Internacional se cuestiona esto mismo, e incluso Alemania piensa lo mismo y está incentivando a Monti a pedir el rescate junto a España. Hará mal Italia en pensar que con el apoyo del BCE a España ellos se beneficiarán de la caída de la prima de riesgo para su Deuda, eso puede ser a corto plazo, pero a medio plazo volveremos con la especulación y dañará a todos. Hagámoslo de una vez como una crisis global y no parcial. Y hablo como dije antes de acometer cada uno las reformas necesarias y los demás la solidaridad, y dentro de estas reformas podría estar un cambio profundo en la dimensión del Estado Español, y si se puede hacerlo con un Gobierno de amplia mayoría, y no solo con el Gobierno Popular aunque tenga mayoría absoluta, no, no es suficiente. En eso Italia nos ha dado una lección con el Gobierno del independiente Monti apoyado por los partidos mayoritarios, y con éxito incuestionable de tener más prima que España a tener menos.
De lo anteriormente expuesto, junto a los esfuerzos de los más castigados y la solidaridad de los más boyantes, debemos profundizar en más Europa, hemos acometido la moneda única, la política común de tipos de interés que marca el BCE, la política monetaria de liquidez igualmente bajo el control del BCE, las políticas fiscales tendentes al equilibrio presupuestario que adoptarán los Países del Euro, una armonización fiscal en los tipos impositivos, pero debemos seguir insistiendo en la Unión Bancaria y en la implantación de los eurobonos cuando todos los Países cumplamos los requisitos de déficit acordados. Pero es más la política de implantación del euro en otros países de la Unión debe continuar, una vez encauzados los problemas de la crisis del Euro, los Países de la Unión Europea que cumplan los requisitos exigidos a los demás deberían ir incorporándose al euro, de acuerdo que son decisiones soberanas, pero se me antoja que el que queda fuera del euro, está relegándose a un País de segunda división dentro de la Unión. No es concebible un euro sin Suecia y Dinamarca, en cuanto las tensiones hayan desaparecido y se hayan puesto los cimientos que debieron implantarse antes de su circulación. Países como Polonia, Chequia, Hungría o Eslovaquia, deben trabajar por el bien de ellos y de Europa y alcanzar el nivel exigido para su posterior entrada al euro, probablemente alguno de esos Países estén ya en lo niveles adecuados o muy cerca. Deseable sería la incorporación del Reino Unido, pero parece muy lejano debido al euroescepticismo que late en la mayoría de sus ciudadanos.
Hemos hablado más que nada de economía de lucha contra la desigualdad, pero si cabe es aún más importante la Unión política, hay que dar relevancia a la representación política exterior de la Unión, el Alto representante de la Unión Sra. Catherine Ashton, no ha sido una figura prodigada y es poco conocida, se necesita una labor institucional mucho más fuerte, y no solo por hablar con una voz común y más fuerte sino también por las sinergias económicas que ello significaría para la totalidad de los Estados miembros. Asimismo deberíamos acordar un mayor protagonismo en la política de defensa común y todo sin olvidar que la meta son los Estados Unidos de Europa.
- Juan Antonio Zuriarrain es economista y diplomado en Comunidades Europeas por la Escuela Diplomática.