· La endeblez de la economía española actual no es coyuntural sino estructural, resultado de la pérdida de soberanía efectiva, de la configuración y deriva corrupta del sistema político e institucional y de la ausencia de una planificación y autonomía estratégica
Ejemplos de la preocupante situación estructural de España pueden observarse atendiendo a varios indicadores y métricas recientes. Resulta ilustrativo comprobar, con datos de la OCDE, que España figura a la cola de esta organización en satisfacción con el funcionamiento de la democracia (por debajo de 4 puntos sobre 10), sólo superando a cuatro países con un pasado comunista (Eslovenia, Eslovaquia, Croacia y Polonia). Además, España ha perdido dos posiciones en el Índice sobre el Estado de Derecho en el mundo del 2022, publicado por la organización World Justice Project. España se sitúa por detrás de Corea del Sur, la República Checa, Francia y China. En relación con la ausencia de corrupción, España empeora dos posiciones, lo mismo que sucede con la ejecución normativa.
El concepto de desdolarización ha cobrado impulso en los últimos años
· La desdolarización se refiere al proceso de reducción de la dependencia del dólar de EE.UU. como moneda dominante en las transacciones internacionales y como divisa de reserva
El dólar constituye el medio de cambio utilizado para más del 80% del comercio mundial. Cerca del 90% de todo el comercio de divisas involucra a la moneda norteamericana y alrededor del 40% de la deuda mundial está denominada en dólares, así como casi el 60% de las reservas mundiales (vid. Anshu Siripurapu, “The Dollar: The World’s Reserve Currency”, Council on Foreign Relations, 19 de julio de 2023). Pero en puridad, el dólar no es la moneda de reserva mundial sino la principal moneda de reserva del mundo, que es un matiz importante, porque no hay ninguna ley o tratado internacional al respecto que así lo mandate. Depende de cada país, de sus gobiernos y bancos centrales decidir sus compromisos comerciales y bancarios. Ninguna autoridad supranacional ha estipulado que cada país tenga que mantener una considerable parte de sus reservas de divisas en dólares estadounidenses. Es solo el resultado de decisiones individuales de cada país en función de sus compromisos bilaterales y obligaciones internacionales, de la realpolitik y de los hechos consumados, en cuanto al grado en que Washington forja alianzas con sus socios o interfiere internamente en otros gobiernos extranjeros.
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· Por Pablo Sanz Bayón, Profesor de Derecho Mercantil, Universidad Pontificia Comillas
Comprender el modelo económico del Régimen del 78 constituye un elemento esencial para analizar críticamente la deriva de su sistema político y sus efectos sociales. Un modelo de crecimiento que se ha fundado en gran medida sobre el turismo y el ocio, la especulación del suelo y la construcción, esto es, en el ladrillazo y en los pelotazos urbanísticos. La economía española desde hace décadas presenta una economía muy terciarizada: en 1995 el sector servicios ya representaba el 60,4% del PIB nominal. En 2022, esta cifra subió hasta el 74,53%. La industria supone tan solo el 17,60%, frente a casi el 30% que alcanza en Alemania, y el sector primario el 2,65% (Guía de Negocios en España 2023, ICEX).
· En las últimas tres décadas, la oferta monetaria mundial ha crecido entre dos y tres veces la tasa del PIB
En las últimas tres décadas, la oferta monetaria mundial ha crecido entre dos y tres veces la tasa del PIB. Esto ha ayudado a promover la financiarización de todos los rincones de la economía, contribuyendo a un enorme aumento de los niveles de deuda global, que se sitúan entre 3,5 y 10 veces el PIB, dependiendo de si se quiere incluir el valor de los activos financieros, el valor de derivados y el valor de los pasivos no financiados, como las pensiones. La deuda global es ahora 45 billones de dólares más alta que su nivel previo a la pandemia y se espera que continúe aumentando rápidamente (v. Institute of International Finance, “Global Debt Monitor”, mayo 2023). La deuda pública mundial se estima en unos 92 billones de dólares o el 100% del PIB, frente a entre el 30-40% del PIB en los años 90. Este apalancamiento crea vulnerabilidades en todas las economías porque, como estamos viendo, cualquier cambio en el coste del capital comporta importantes derivaciones. Además, los países en desarrollo deben casi el 30% de esa cifra. Estos países asignan más recursos a pagar intereses que a la salud o educación de su población (Naciones Unidas, “Los altos niveles de deuda son desastrosos e impiden el desarrollo de muchos países”, https://news.un.org/, 12 de julio de 2023).
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