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SE ENGULLE MÁS DEL 40% DE LOS FESTEJOS

La crisis hace desaparecer prácticamente la fiesta de los toros

By José Luis Barceló Mezquita
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jlbarceloelmundofinancierocom/9/9/27
martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
La crisis hace desaparecer prácticamente la fiesta de los toros
La tauromaquia está en uno de sus peores momentos de su historia. A los embates del ecologismo y las restricciones impuestas por algunos Gobiernos Autónomos, como Canarias o Cataluña, se une ahora la imposición de la crisis, que se ha engullido más del 40% de los festejos en pueblos y villas españolas. Descenso creciente del público, restricción brutal de las subvenciones y menor contratación en los Ayuntamientos ponen al sector al borde de la desaparición. También se ha dejado notar la caída de la afición, especialmente por el incremento de los precios y por el descenso en la calidad de los festejos, que han acusado mucho los efectos de la crisis. Pero también se ha dejado sentir un envejecimiento del público medio, que no ha sido capaz de cautivar a las jóvenes generaciones. Los elevados costes de las entradas y abonos, y el creciente rechazo por el sentir contra la tortura de los animales en las nuevas generaciones, han ido dejando una huella de desgaste en un espectáculo que no ha sabido renovarse con los tiempos.
La puntilla a la fiesta no se la han dado finalmente los ecologistas ni las autonomías "antitaurinas", (Canarias o Cataluña) sino la crisis, que se ha engullido la celebración de más de 500 festejos en pueblos y villas, sobre todo con motivo de fiestas patronales, lo que supone más del 40%. La falta de presupuesto en los Ayuntamientos, con recortes brutales, así como la escasez del público y la práctica eliminación de las subvenciones, ponen las corridas de toros al borde de la desaparición.

Tan solo en Madrid, se acumula un descenso superior al 40% entre los dos últimos años. En el caso de la Región de Murcia, la bajada ha sido de superior al 25% y acumula un descenso del 50% en los dos últimos años. Estos datos muestran, una vez más, el descenso continuado del número de festejos taurinos en nuestro país en los últimos años, especialmente acusado desde 2007. Con estos datos en la mano, se evidencia que en el transcurso de la última década el número de festejos taurinos se han ido reduciendo año tras año, lo cual arroja un saldo negativo, diez años después, de en torno a un 25% en total.

Durante 2010 se celebraron 1.724 eventos, y tan solo 1.500 durante 2011, la cifra más baja de la última década. El año pasado se lidiaron poco más de 8.500 reses en España, cuando un año normal previo a la crisis se llevaban a la plaza más de 10.000 animales al año.

En las plazas de primera y segunda categoría el declive es moderado y la sensación, de aparente y engañosa estabilidad, pues aunque en el último año 'sólo' se perdieron ocho festejos en las plazas de primera, la criba se observa con mayor claridad en los últimos cinco de los 228 de 2007 a los 200 justos del 2011. Más acusado es el descenso en plazas de segunda en el último lustro, de 280 espectáculos en 2007 a los 211 programados en 2011.

Sin embargo, en las plazas de tercera el descenso es de 148, una cifra alarmante si se tiene en cuenta que el grueso de la temporada suele estar sustentado en plazas de estas características. En lo referente al tipo de festejos sucede algo similar, hay un descenso considerable tanto en el número de festejos mayores, 39 corridas de toros menos que la temporada pasada, como en el número de novilladas celebradas en la presente temporada, arrojando la cifra de 385 en 2010 y 317 en 2011, con una diferencia de 68. Los festejos de rejones también se han visto reducidos, el descenso es de 71 (311 en 2010 y 240 en 2011).

Cae la afición

También se ha dejado notar la caída de la afición, especialmente por el incremento de los precios y por el descenso en la calidad de los festejos, que han acusado mucho los efectos de la crisis. Pero también se ha dejado sentir un envejecimiento del público medio, que no ha sido capaz de cautivar a las jóvenes generaciones. Los elevados costes de las entradas y abonos, y el creciente rechazo por el sentir contra la tortura de los animales en las nuevas generaciones, han ido dejando una huella de desgaste en un espectáculo que no ha sabido renovarse con los tiempos. La paradoja es en la celebración de cualquier fiesta patronal, tienen muchos más asistentes los conciertos de cualquier grupo musical que las novilladas de la tarde, que no alcanzan en la mayor parte de los casos a unos 200 espectadores de media.

Según datos de un estudio de 2010 de la agencia IG Investiga, solo el 9,7% de los españoles mostraba entonces un claro interés en las corridas de toros, mientras que el 67,2 % dijo no estar nada interesado.

Peores toros y pérdida de calidad

Las consecuencias inmediatas se han dejado sentir entre los empresarios, representantes de toreros y picadores, ganaderos y empresarios de las plazas de toros, que han visto muy deteriorada su explotación durante 2011. Queda por ver como abrirá el ejercicio 2012 con la nueva temporada, pero hay tres circunstancias que este negocio y espectáculo debe resolver:
  • La pérdida de afición y el envejecimiento del público.
  • El descenso brutal en el número de subvenciones recibidas, que hace inviable el negocio.
  • El descenso de contrataciones por parte de los Ayuntamientos.

Esto ha conducido a que las corridas y novilladas que se promueven hayan descendido mucho en su nivel de calidad, fundamentalmente por el hecho de que muchos de los ganaderos crían menos animales en el campo. La selección de los mismos se ha visto muy afectada y muchos animales tuvieron que ser sacrificados en 2010 al no lograrse la contratación de los mismos. Cuando un toro pasa seis meses más en el campo y no es llevado a la plaza, no hay nada que hacer con él.

Desde las empresas del sector y apoderados, se esgrimía que los descensos se deben generalmente a la escasez de fondos en las arcas municipales, a lo que hay que sumar otros indicadores ajenos a la crisis económica que demuestran un creciente desinterés de los españoles por los toros. Este descenso del interés, y la pérdida de calidad y seguimiento por parte de los espectadores, han llevado a la suspensión de muchas retransmisiones por las televisiones. El share, el indicador que mide las audiencias en televisión, indica que los programas de televisión de toros han perdido 200.000 espectadores en las cadenas autonómicas y 400.000 en las de ámbito nacional.
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