¿Cómo se consigue todo esto? La respuesta se llama RS 5 TDI Concept, y es un prototipo que Audi está probando para implantar su inédita tecnología en modelos de producción «en un futuro cercano», tal y como afirman. Este RS 5 lleva las mecánicas TDI a un nivel superior. Un nivel protagonizado por un compresor eléctrico adicional al sistema de sobrealimentación. Ha nacido el biturbo eléctrico diesel.
Al clásico
motor turbo conocido por todos se le ha añadido un segundo turbocompresor eléctrico dispuesto en serie. Es eléctrico porque lleva integrado un pequeño motor de este tipo que acelera la rueda del compresor con una potencia de accionamiento máxima de 7 KW hasta el régimen máximo de giro, algo que hace en apenas 250 milisegundos. Este pequeño sistema sustituye la rueda de la turbina.
La energía que el compresor eléctrico necesita para su accionamiento se consigue casi sin consumir combustible, gracias a la recuperación en las fases de deceleración. El suministro eléctrico lo obtiene de una red eléctrica independiente de 48 V que tiene su propia batería de iones de litio compacta, situada en el maletero, y un módulo electrónico de potencia. Un transformador CC/CC establece la conexión con la red de a bordo de 12 V.
El resultado, en cifras, es un motor V6 TDI que desarrolla 385 magníficos caballos de potencia, y su par motor máximo asciende a 750 Nm entre las 1.250 y las 2.000 rpm. Esta innovadora mecánica biturbo eléctrico diesel del Audi RS 5 Concept está lleno de ventajas. Por ejemplo, la de alcanzar un elevado par motor incluso en regímenes bajos, gracias a que el compresor eléctrico adicional permite establecer rápidamente la presión de sobrealimentación.
Como sabemos, en los TDI la fuerza de la presión de sobrealimentación es genera por el
turbocompresor, presión que depende de la energía de los gases de escape. Pues esta nueva tecnología elimina dicha dependencia, y se consigue lo explicado en el párrafo anterior.
Puestos al volante, las ventajas se notan al iniciar la marcha: el compresor eléctrico complementa al doble turbocompresor y proporciona un par inmenso. La presión de sobrealimentación vuelve a estar disponible inmediatamente después de cada cambio de marcha. La potencia está “disponible” para el conductor casi de inmediato, incluso con regímenes bajos. Casi el sueño de los buenos conductores. Porque la potencia es muy importante en un coche: adelantar, acceder a vías rápidas, salida de curvas…
Por último, destacaremos el ahorro en cambios a una marcha menor, manteniendo bajo el nivel de revoluciones.
¿Qué les parece todo esto en un coche con una estética tan atractiva como la que ven en las imágenes, y capaz de acelerar de 0 a 100 en 4 segundos? Bonita forma de celebrar los 25 años del nacimiento del TDI: ofreciendo innovaciones técnicas de próxima aplicación práctica, imprimiendo más deportividad al motor diesel y ofreciendo más potencia y prestaciones con menos
emisiones de escape.