Ciudadanos le está echando a Vox un pulso de mucho cuidado. Mayor chulería imposible. Tendrá sus razones. Vox es un partido de extrema derecha, nido de radicales, capaz de saltarse la constitución en cualquier momento, machista a más no poder, perseguidor de los homosexuales, etc, etc. Lástima que ninguna de estas críticas se sostenga. Vox respeta plenamente el orden constitucional; no ha hecho, como otros, intentos de romper la indisoluble unidad de la nación española, ni hace carantoñas con quien lo propugna en Cataluña o en el País Vasco; su cabeza de lista a la Comunidad es una mujer; tiene algún homosexual entre sus candidatos electos, etc. No se dedica a frivolidades, se ha personado como acusación popular en el “procés” y así ha impedido que el Fiscal se quedara solo. Vox es imprescindible para que el centro derecha pueda gobernar en varias Comunidades y en varias capitales importantes. ¿Qué hacer ante esta realidad?
Tomemos, a título de ejemplo, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. El PP tiene 15 concejales, CS 11 y Vox 4. Por tanto le correspondería el 13% de las concejalías del Ayuntamiento. En la Comunidad, PP tiene 30 diputados, CS 26 y Vox, 12. Le corresponderían a Vox el 17% de las Consejerías del Gobierno. Esto aplicando la mera proporcionalidad y regalando, además, a PP y Cs, la Alcaldía, Vicealcadias (Tenencias de Alcaldía), Presidencia y Vicepresidencia del Gobierno.
Sin embargo, el primer problema que se plantea es que Ciudadanos se niega a sentarse en la mesa y negociar con Vox. ¿Qué hacer ante esta situación? El periódico El Mundo interpreta que Vox ha rebajado su exigencia de entrar en los gobiernos autonómicos y locales, basándose en declaraciones de Rocío Monasterio, “No identificamos puestos con el respeto a nuestros votantes. Consideramos que ese respeto es el trato como iguales en una mesa para negociar” lo cual, sin embargo, ha matizado diciendo que “Vox no establecerá los límites hasta que haya un programa de gobierno en la mesa”. Por su parte Santiago Abascal ha calificado de “vergonzoso y antidemocrático un pacto solo con dos partidos” lo que cabría entender que alude a un gobierno PP-Cs, excluyendo a Vox. ¿Cuál es finalmente la postura de Vox? ¿Volverá a aceptar unos pactos a la andaluza y limitarse a presentar de vez en cuando enmiendas a la totalidad de los presupuestos?
Cs despreció en su día la oportunidad de entrar a gobernar con Cifuentes, pero ya se han arrepentido. No hay cosa qué desgaste y desmoralice más, que quedar fuera del gobierno cuándo puedes estar dentro. ¿Por qué? Porque gobernar permite demostrar lo que quieres hacer y cómo lo haces. Es la oportunidad de poner en evidencia que, en las Concejalías o Consejerías que llevas, no se prevarica, se es eficiente y no ha lugar a la corrupción tipo Gurtel, EREs o cualquier otra. Si se acuerda un programa de Gobierno para la Comunidad o el Ayuntamiento, no hay nada mejor que estar dentro para tener información y garantizar su cumplimiento, inclusive en Concejalías o Consejerías asignadas a otro partido.
Si sólo te ofrecen lentejas, tal vez sea mejor optar por algún otro producto de la tierra distinto. Pero no se puede ceder ante el ninguneo, ni se puede dejar de lado el legítimo interés de negociar el programa de gobierno y de, a continuación, estar en las instituciones. Si no te quieren dentro, te cabe ser una oposición eficaz, utilizando los recursos que te ofrece la Ley de Transparencia para obtener información, y llevando a los tribunales todo aquello que siga oliendo a corrupción, pendiente de ser descubierta, o de nuevo cuño, que todo puede ocurrir.
Vox, si eres firme, y al final no hay gobiernos de centro derecha, que sean otros los responsables, por su intransigencia, de que sea así. Será un periodo duro, al igual que ocurre hoy en la Junta de Andalucía, pero los ciudadanos os apoyarán. A muchos no nos vale un plato de lentejas. Y si Vox quiere hacer un acto de generosidad a España, cabría que se anticipe y le ofrezca a Pedro Sánchez facilitar su investidura, con la condición de que no negocie con los independentistas y de que no conceda indultos tras las sentencias, que se produzcan en el juicio del “proces”. Así Vox estaría defendiendo el interés político principal de España que, en la actualidad radica, en frenar y eliminar el independentismo. Al mismo tiempo manifestaría un gran sentido común, al asumir que un Sánchez, que gobernó con 84 diputados, hará lo que sea para seguir gobernando con 123. ¿Quién podría si Vox, hiciera esa oferta, acusarle de ser un partido radical de extrema derecha e inflexible, al que no le importa el interés nacional?