DECAE EL APOYO A LA INTERVENCIÓN PROPUESTA POR EL NÓBEL DE LA PAZ, OBAMA
El castigo
martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
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| Obama es el Premio Nobel que ha propuesto al mundo "guerrear" en Siria. |
Dice un refrán: “el que escupe para arriba en la cara le cae”. Asunto de línea roja. Resulta que según los cálculos de Naciones Unidas el número de muertos en el conflicto civil en Siria llega a las 100 mil, los desplazados se cuentan por millones y los refugiados, que incluye a un millón de niños, se calculan en 1.9 millones en Líbano, Irak, Turquía y Jordania.
Pero también resulta que la línea roja parecería ser el límite. Y comenzaron a añadir adjetivos: humanitaria, guerra justa, a lo que simplemente es como todas, una guerra cruel. Dice el presidente francés: “Francia está preparada para castigar a quienes tomaron la decisión infame de gasear inocentes”. El informe de los inspectores Naciones Unidas solo tienen mandato para indicar si se usaron armas químicas. ¿A quién castigar? ¿Los 100 mil muertos no son inocentes?
El gobierno sirio niega la acusación del uso de las armas químicas y acusa a las fuerzas rebeldes con la denuncia de haber realizado el ataque y dicen haber encontrado bidones con material tóxico en túneles usados por los rebeldes y así desencadenar una operación militar internacional. Rusia e Irán, aliados a Asad, también culpan a los rebeldes. A la llegada de los técnicos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para investigar el uso de armas químicas, y luego de que el régimen mostrara un relativo éxito en recuperar territorios en zonas rebeldes, ¿le conviene al régimen de Assad la utilización de armas químicas después de que Barack Obama expresara que esa acción sería una línea roja o por el contrario su utilización sería más conveniente para los rebeldes lograr el apoyo internacional en el conflicto sirio?
Por un lado Assad, Irán, y Hezbolá, por otro los rebeldes y sus diferentes franquicias étnicas-religiosas, suníes, chiíes, alauíes, cristianos, kurdos y los yihadistas. La línea roja se complica. La legalidad de la guerra y la santificación por parte de la ONU no será posible al no contar con el voto de Rusia ni de China y el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon advierte a Estados Unidos que “militarizar el conflicto sirio no ayuda a solventar el caso sirio, al contrario, resultaría en la desintegración del país árabe”.
Se supone que según la ONU para invadir un país se necesita una autorización del Consejo de Seguridad o por legítima defensa. En el caso sirio, un veto de uno de los miembros del Consejo esa legalidad sería imposible. Al buscar otra salida para la intervención, definitivamente Barack Obama, no puede demostrar debilidad después de trazar aquella línea. Se opuso al ataque en Irak y ahora cree que se ha cruzado la línea roja por él señalada y se ve obligado a la acción militar.
¿Una coalición internacional?
Dice David Cameron que Siria no es Irak y que una intervención militar en Siria no supondría, a diferencia de Irak, “una invasión ni tomar partido, sino una respuesta a uno de los usos más aborrecibles de armas químicas”. Para Cameron es “una decidida respuesta humanitaria”. El Reino Unido no participará de una intervención militar en Siria tras la votación negativa del Parlamento. Dice el portavoz de la Casa Blanca que las comparaciones con Irak no son relevantes. Es muy diferente. “Entonces era una Administración buscando pruebas para invadir un país con el objetivo de un cambio de régimen”.
Dice Barack Obama que su único objetivo es “dar una señal muy fuerte al régimen sirio de que no puede utilizar armas químicas”. El presidente no quiere participar en la guerra civil y solo piensa en ataques “limitados a medida” como castigo. Mientras tanto, se retrasa el castigo. Someterá su decisión a la votación del Congreso. Dice Obama: “Sé que puedo hacerlo sin la autorización del Congreso, pero seremos más efectivos si buscamos su aprobación". Parecería ser que esta vez, se trata de un asunto con aprobación parlamentaria, humanitario y de un nuevo adjetivo: de castigo. No en vano, lo dirige un premio Nobel de la Paz.