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RAJOY, EN EL BÚNKER

El hundimiento

El hundimiento

Por José Luis Barceló, Editor-Director de www.elmundofinanciero.com

By José Luis Barceló Mezquita
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jlbarceloelmundofinancierocom/9/9/27
martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
Hace pocos días pude volver a visionar la película alemana El Hundimiento (Der Untergang), en la que el actor suizo Bruno Ganz da vida al Adolfo Hitler de los últimos días de Berlín durante la II Guerra Mundial. Me pareció ver un innegable paralelismo con los días que nuestro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, debe de estar viviendo en el palacio de La Moncloa a colación del propio hundimiento que vive el gobierno del Partido Popular, sumido en los efectos de la asediante corrupción que ha caracterizado el actual sistema político que tenemos los españoles desde el advenimiento de nuestra democracia partitocrática.


El PP en el poder está siguiendo la hoja de ruta de cualquiera que quiere permanecer en el poder a toda costa, que consiste en negar la mayor, afirmar que todo son supercherías, que los enemigos quieren derribar a Rajoy y toda sarta de distracciones posibles que desvíen la atención de los usuarios de la información.

La realidad es que el gobierno del PP que preside en estos momentos Mariano Rajoy tiene abiertos varios frentes imposibles de contener.

A saber, por una parte la crisis galopante que no termina der tocar fondo. Mientras el Banco de España presidido por Luis Linde ha alineado ya su discurso con el del Gobierno –lo cual es de agradecer porque cada uno iba por su camino-, el FMI ha echado por tierra las informaciones sobre la recuperación y el “techo” del fondo, para afirmar que hasta finales de 2015 no comenzará a haber recuperación en la economía española. Hay datos terribles, que se suman a las de las colas interminables de parados, como la de que España es el país europeo incluyendo muchos del Este-, que cuenta con el parque automovilístico más viejo del continente, cercano a los 9 años. En dos o tres años hemos echado al traste todos los planes Renove del pasado y el esfuerzo hecho.

El Gobierno dio el dato reciente de que hay menos parados apuntados en las listas del antiguo INEM, y parecía sorprenderse de que hubiera a la vez menos cotizantes. La razón está en que muchos parados que han agotado sus prestaciones no tienen ninguna confianza en seguir manteniendo viva su inscripción como parado de larga duración y sufrir las inagotables colas para sellar el papelito.

Pero los frentes de Rajoy son como los de Hitler, infatigables. Vemos a Rajoy y sus ministros más por los pasillos de gobiernos e instituciones extranjeras o europeas que ocupándose del propio gobierno del país. No puede tenerse a un Gobierno como el español, con los problemas que tenemos, ocupándose todo el día de los problemas del Euro, de la banca portuguesa, o del rescate a Grecia. Merkel tiene que dejar a Rajoy que dedique más tiempo a su país. A la crisis española, que existe y es real, sumamos otro frente: el de la crisis europea.

Tiene también Rajoy un problema con su partido, o su partido con él, que no se sabe muy bien. La militancia, votantes y seguidores del PP están sumidos en el desconcierto general por el acecho constante y demoledor de los casos de corrupción que el Partido parece haber fomentado desde el poder para mayor gloria y beneficio de su propia autofagia. El caso Bárcenas es el caso de una financiación de la acción política que procede de contratos presuntamente falseados y prevarticantes, no un caso en un pueblo, capital o gobierno autonómico, sino una corrupción masiva y diseñada para sostener una maquinaria que ha precisado de fondos “B” para el sostenimiento de niveles de vida de dirigentes políticos de primera fila, pero también para continuar corrompiendo el sistema y perpetuar una forma de Gobernanza que se ha basado en la figura del “gran proveedor” que Marvin Harris delineó en sus magistrales análisis sobre las sociedades humanas.

Cuando han caído las fuentes de suministros de dinero para mantener dichas dinámicas devoradoras de fondos, han desaparecido contratos y patrañas autonómicas, y alguno ha pasado por el calabozo, el castillo de naipes de ha desmoronado. Parece que Bárcenas es solo una herramienta, una palanca necesaria para el ordenamiento de un régimen que se ha sustentado de la prevaricación, del cohecho, de la desviación de fondos públicos y, en suma, de todos los delitos penales más graves que recoge nuestro ordenamiento legal.

Hoy más que nunca, Mariano Rajoy me ha recordado la triste estampa de un Adolfo Hitler paseando a su perro por el búnker de Berlín, con sus varios frentes abiertos y sus “generales” pensando en su autodenominación a líder del Reich.
  • José Luis Barceló es Editor-Director de ElMundoFinanciero.com y Profesor Honorario de la Universidad de Chiclayo (Perú)
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