SEMANA DEL 9 DE JUNIO
Análisis de los mercados
martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
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Arcadi Orrit (InverConsulting). |
El BCE por fin reacciona. Las medidas anunciadas esta semana por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Sr. Mario Draghi, se pueden considerar positivas y en la buena dirección, la dirección que desde hace tiempo muchos economistas y organismos como el propio FMI le estaban reclamando para evitar un desastre peor que el que ya hemos vivido en las economías europeas. Los mercados han recibido con moderada satisfacción estas medidas pero sobre todo han tomado nota de la promesa del Sr. Draghi de que esto no acaba aquí y de que se tomarán más medidas. De hecho, la rebaja del tipo de interés desde el 0,25% hasta el 0,15% es una medida cosmética que no tendrá prácticamente impacto en la economía real.
En cambio, habrá que ver cómo funciona la tasa negativa de interés para los depósitos de los bancos en el BCE, una medida que no se había tomado nunca en Europa y que incluso la Fed no ha tomado nunca. Sin embargo, el paquete más destacable son los 400.000 millones de euros destinados a proveer de liquidez a los bancos pero con la condición de que ese dinero no se destine a hipotecas ni a la compra de deuda pública, sino a créditos a las empresas y a los particulares: el inconveniente es que hasta el otoño no podremos empezar a observar los efectos de este paquete y, por otra parte, habrá que ver cómo se instrumenta ya que no es nada fácil garantizar que ese dinero irá a parar efectivamente a la economía real.
En todo caso, se echa de menos un verdadero programa de "quantitative easing", como el de la Fed estadounidense, que tendría unos efectos más claros e inmediatos. Hay que decir también que los gobiernos de los estados deberían actuar sobre la demanda de crédito, una demanda que no se está produciendo debido a los temores (fundadísimos) de los inversores y los terribles obstáculos fiscales y regulatorios que deben afrontar los emprendedores, autónomos y pymes, que son los únicos que finalmente podrían crear este empleo que tanto necesitamos. En cuanto a España, también habría que corregir los efectos devastadores de la devaluación interna, que hacen que el consumo no pueda arrancar, y hacer caso a las propias patronales que empiezan a darse cuenta de los errores cometidos y ya están empezando a apostar por un razonable incremento de salarios en aquellos sectores y empresas en los que la productividad da margen para hacerlo.
En definitiva, la entrada en escena del BCE de esta semana certifica el reconocimiento del fracaso de las políticas económicas inspiradas por Alemania en estos últimos años y la apertura de un nuevo período en el que deberían prevalecer las políticas seguidas por los Estados Unidos o el Reino Unido. Bienvenido sea este cambio, aunque todavía queda mucho por hacer y si en las próximas semanas todo esto no se va concretando, los mercados podrían tener la sensación de que se les ha tomado el pelo, acusar la falta de confianza y llevarnos a una nueva crisis financiera.
En cuanto a indicadores macro, en Estados Unidos hemos tenido buenos indicadores, como el ISM manufacturero de mayo, que se mantiene con 55,4 puntos, los pedidos de fábrica de abril, que subieron un +0.7% mejorando previsiones de los analistas, o la tasa de desempleo de mayo que se mantiene en el 6,3% tras crearse 217.000 empleos. En Europa hay que remarcar un positivo dato de ventas minoristas de abril (+0,4% mensual), aunque el PIB del 1er trimestre de la zona euro se mantiene muy débil con un +0,9% interanual y un IPC mayo que se establece en un preocupante +0,5% interanual.
Las bolsas han reaccionado positivamente a las medidas del BCE. El Ibex 35 ha continuado con la rotura al alza y ha hecho nuevos máximos anuales superando por fin los 11.000 puntos y cerrando en los 11.064 puntos. El Eurostoxx 50 también ha dejado atrás los 3.200 puntos y ha cerrado la semana en los 3.294 puntos. El S&P 500 se ha sumado a la "fiesta" europea y ha hecho nuevos máximos históricos en los 1.949 puntos.
La rotura alcista que anunciamos la semana pasada se ha consolidado gracias al BCE y se han alcanzado muy rápidamente los objetivos de precios previstos en primera instancia: el Ibex 35 ha tocado los 11.085 puntos, muy cerca de los 11.100 puntos que teníamos como objetivo. Aunque puede quedar un cierto recorrido al alza, los 11.200 y los 11.500 puntos del Ibex 35 son ahora mismo resistencias críticas que pueden provocar tomas de beneficios. Por ello, de cara a la semana que viene, consolidaremos las ganancias de las estrategias alcistas en vigor y volveremos a una posición de neutralidad de corto plazo, a la espera de que los mercados nos ofrezcan nuevas oportunidades.