Antes de las Elecciones catalanas incluso llegué a pedir a un miembro del Consejo de Dirección que UPyD no se presentase a las elecciones y que pidiera el voto para Ciudadanos como éste lo había hecho para UPyD en el País Vasco. La contestación me dejó casi sin palabras: “Como es que tú siendo de UPyD pides eso y no que Ciudadanos no se presente y pida el voto para UPyD”. Evidentemente no estaba en la realidad este dirigente. Yo partía del resultado de las anteriores catalanas donde Ciudadanos sacó 105.000 votos y UPyD un pírrico 5.000 superado por Carmen de Mairena. Y la diferencia aumento en las elecciones en las que pedía ese acto patriota: UPyD 14.000 y ciudadanos 200.000. No soy buen matemático pero algo me dice que esa división del voto sólo sirvió para regalar un escaño más a algún grupo nacionalista.
Me decía también ese dirigente que UPyD no pactaba puestos. No entendió mi propuesta. Era simplemente tener el acto patriótico (de pensar en el país y no en el partido) de no presentarnos para el bien del constitucionalismo, ya que albergo muchas dudas sobre un compromiso en esa línea por parte del PP y del PSC. No era pactar puestos, era “regalar” un diputado a Ciudadanos.
Muchos de los que nos hemos ido de UPyD (partido que cuenta, tirando por alto, con 6.000 afiliados, y tirando por bajo con 16.000 exafiliados) no nos conocemos entre nosotros. Pero coincidimos fundamentalmente en dos puntos: en UPyD la democracia interna está controlada por la cúpula (con lo que no es democrático); y esta cúpula ejerce de autoritarismo con los díscolos. Ahora lo dice el número 1 de UPyD en el Parlamento Europeo. Supongo que los palmeros que nos decían cosas como que nos hemos ido por perder primarias, etc. ahora hagan caso a uno de sus mejores activos.
Es esperanzador que alguien con la autoridad moral como Sosa Wagner se haya atrevido a decir lo que muchos denunciábamos, que la dirigencia de UPyD lleva a cabo (y cito a Sosa textualmente) "prácticas que desembocan en la expulsión constante de afiliados o en su sepultura en vida cuando deciden permanecer en sus filas acogidos a un ominoso silencio".
Y es que es una pena que se haya llegado hasta este punto dejando por el camino a tantos “muertos”. Me recuerda a la guerra de Corea, que tras tres años de conflicto armado y alrededor de tres millones de muertos la frontera no se movió del paralelo 38. Algunos nos hemos marchado por pura lógica política al partido del MISMO ESPACIO POLÍTICO: Ciudadanos. Otros pocos han acabado por otros partidos. Pero muchos (quizá los más decepcionados porque eran más puristas con que se debe predicar con el ejemplo) se han quemado y han abandonado la política activa y pasando, en muchos casos, incluso a esa masa de abstencionistas que benefician al bipartidismo y perjudican los intentos de cambio regenerador.
Ya dos pesos pesados como Fernando Savater y Sosa Wagner han dicho lo evidente. A Savater, que lo dijo en el seno del II Congreso de UPyD, lo censuraron temporalmente sin emitir en el vídeo resumen su intervención. Pero la transparencia de UPyD lo emitió primero en streaming y muchos le habíamos escuchado. Yo recibí una buena reprimenda por denunciar en una red social este hecho. Lo que me llevó a tomar la decisión que llevaba más de un año madurando: mi salida del partido.
Ya estamos más cerca de que los eslóganes de UPyD ('Lo que nos une' y 'La unión hace la fuerza') se hagan realidad y tomen la mano tendida que tantas veces les ha ofrecido Ciudadanos (llevando a la práctica su eslogan, ‘Mejor unidos’).
Pero sin ánimo de ser pesimista, mientras el triunvirato (y no la democracia interna de la que presumen pese a las advertidas por Sosa prácticas autoritarias) no decida que se pueden unir a Ciudadanos no habrá nada que hacer. No lo olvidemos, UPyD sigue siendo el partido de Rosa Díez.
- Gonzalo Sichar es Secretario-Tesorero de Ciudadanos en Málaga. Ha sido miembro del Consejo Político nacional de UPyD (2009-13)