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MAREJADA EN UPyD TRAS LA OPINIÓN DE SOSA WAGNER

Pero UPyD ha entrado en crisis…

Por Enrique Calvet, miembro del Consejo Económico y Social Europeo y candidato número cinco a las Elecciones al Parlamento Europeo por UPyD

martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
Enrique Calvet.
Enrique Calvet.
Partamos del principio de que un Partido como UPyD es absolutamente indispensable en la situación socio/política actual de España. Porque su objetivo es construir una democracia de ciudadanos digna de ese nombre. Y también es notorio que UPyD se define como Partido transversal en muchos aspectos. Esas dos aseveraciones reflejan una verdad fundamental: UPyD no puede ser un partido al uso dedicado exclusivamente a la gestión temporal (que también). No es una Organización cuyo fin es la pugna partidista habitual y casi ritualizada para alcanzar alternativamente puestos de gestión. UPyD nace para regenerar el sistema y para construir una España de ciudadanos libres e iguales en todos sus aspectos. Y esos objetivos priman sobre matices ideológicos y diferencias metodológicas. Esos objetivos también condicionan las tácticas a corto.

El hecho de que, en UPyD, hayamos elegido la vía democrática institucional, primando la regeneración de las Instituciones, y aboguemos por la re-implantación del pleno Estado de Derecho, no quita que queramos cambiar radicalmente el sistema (de ahí la necesidad de una reforma constitucional) ni quita que queramos basar la convivencia ciudadana sobre unos valores, ante todo, de libertad, igualdad y solidaridad de los ciudadanos por encima de tribalismos, regionalismos y caciquismos. Ello es un cambio totalmente radical de la España presente, gobernada por neo caciques y secesionistas. Pero UPyD ha entrado en crisis.

En lo que sigue, precisamos que no vamos a comentar un tomín sobre actitudes morales o reglamentarias de personas ni sobre métodos ni sobre procesos de intenciones ni sobre actuaciones opinables en las formas. No sólo porque, de natural, tengamos la obsesión de ir a las raíces esenciales de los acontecimientos y seamos alérgicos al morbo frívolo, sino porque la condición de miembro de la Oficina de Buenas Prácticas de UPyD, que nos honra, obliga a la más exquisita neutralidad y discreción pública sobre actitudes, actuaciones y personas que pudiésemos tener que juzgar.

Pero UPyD ha entrado en crisis. La aportación más impactante del Profesor Sosa en un ya célebre artículo reciente tal vez haya sido la de gritar “El Rey está desnudo” y hacer tomar conciencia de la crisis. Las reacciones que se han sucedido han dejado claro que es así (tal vez contra la voluntad de algunos que no se daban cuenta) y han dado algunas pistas sobre las raíces de la crisis. Porque la crisis está larvada, aunque ignorada, hace mucho más tiempo, y, a mi juicio, llega a un punto álgido ante la lectura equivocada del enorme revés de las elecciones europeas. Seamos sucinto en este texto y vayamos a conceptos de base: la debacle (somos más drásticos que el Profesor Sosa que habla de varapalo) viene del hecho de que UPyD ha perdido votantes con relación a las generales, en las elecciones más favorables a los Partidos pequeños, y, sobre todo, que no ha mostrado credibilidad ni capacidad de captación alguna para los dos millones y medio de votantes que, desilusionados por los dos grandes Partidos, buscaban una alternativa seria e institucional y fueron a la abstención..

Comparar con las europeas de tiempos políticamente muy remotos, a nuestro juicio y por ser suaves, demuestra poco rigor, y la cantinela de la ocultación mediática ya funciona mucho menos. ¿Por qué debacle? Porque en estos Partidos frágiles, radicales e incipientes, un revés puede llevar a lo peor: la irrelevancia. Basta con observar el periodo post-electoral de desaparición hasta la misiva del Profesos Sosa. Y la irrelevancia es la muerte. No podemos tolerar que sea la muerte del Proyecto. Sugerimos que, como para otros Partidos, se proceda a un análisis serio, profesional y de nivel del panorama tras las elecciones y se diagnostique bien el por qué de la regresión. Nada de personalismos, pero eficiencia en lo que hay cambiar/mejorar. Como contribución al análisis, opinamos que UPyD puede padecer, en resumen, de cuatro graves problemas.

Primero, UPyD propugna la regeneración democrática pero es percibido cada vez más como un Partido de deficiente democracia interna “de facto” por afiliados y votantes. Segundo, hay evidencias de que destinar a las personas en función de méritos, capacidad y relevancia, bandera que ondeó UPyD, no se cumple tanto y esto tiene sus consecuencias muy negativas. Por ejemplo, UPyD tiene, desde 2011 unos recursos y posibilidades muy superiores al periodo previo, pero ha perdido “cartera de clientes” . Seamos honestos, existe un grave problema de capacidad y eficiencia para esta etapa. Tercero, es claro y notorio que en siete años no se ha podido construir un Partido con la masa crítica mínima indispensable. Un Partido que, tras siete años, consta solamente con 6000 afiliados, que ha ido perdiendo más del doble (¡que ya es decir!), no puede pretender “pelear en la calle” ni penetrar el tejido social. Se han visto sus limitaciones. Y, finalmente, creemos que la contundencia y radicalidad de los mensajes torales de UPyD se han diluido y, a menudo, sumido en la confusión.

Damos estas opiniones para el análisis, pero lo que es urgente es hacerlo ya con rigor, capazmente, con la vista puesta en el Proyecto. El profesor Sosa apuntaba estos problemas (sobre todo la desinterpretación de los resultados electorales y el momento actual) y sugería como parte de la solución una acción de estrategia electoral como es la de estudiar un acuerdo con C’s. No soy un fanático de esa idea, pero no deja de ser debatible y estudiable, pero sería sólo una de las soluciones, y parcial. Siempre será indispensable recuperar y fortalecer a UPyD. Como la manera democrática y leal de enfrentarse a estas crisis, recurrentes en los Partidos serios, es practicar la democracia interna más pura y responsable, pensamos que la realización de un Congreso Extraordinario, exquisito en transparencia, honestidad, participación abierta y libertad de expresión, es necesario urgentemente para UPyD. Sabemos que hubo un Congreso no ha mucho, pero desde entonces han pasado algunos tifones que lo han revuelto todo en la sociedad española, y en UPyD. Y la urgencia (¿para Navidades?) se debe a las próximas elecciones a las que hay que llevar un UPyD renovado, más potente, más atractivo, más coherente, etc…El Congreso Extraordinario tendría la ventaja de re-estudiar las estrategias electorales de UPyD, y, a la vez, permitir abordar su necesaria regeneración interna.

Todo menos una inercia conformista o sectarista que merme o degrade un Proyecto nacional que aspira a configurar la España de los próximos treinta años alrededor de ciudadanos demócratas, libres e iguales y no los proyectos de cortos vuelos habituales de los grandes Partidos sin proyecto de España ciudadana.
  • Enrique Calvet es miembro del Consejo Económico y Social Europeo y fue candidato número cinco a las Elecciones al Parlamento Europeo por UPyD.

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