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NUEVO ORDEN MUNDIAL EN MATERIA PETROLERA

Estados Unidos y el nuevo mapa petrolero mundial

Por José E. Mosquera

By José E. Mosquera
lunes 27 de octubre de 2014, 08:58h
José E. Mosquera
José E. Mosquera
Desde finales del año pasado, dos noticias han sacudido el mercado petrolero mundial. La primera el hallazgo en el desierto de Coober Pedy al sur de Australia de un gigantesco yacimiento de petróleo, catalogado como uno de los mayores del mundo. Se calcula que sus reservas son de 233 mil millones de barriles, superiores a las que tienen en su conjunto los países que poseen las mayores reservas probadas del mundo: Venezuela, Irán, Irak y Canadá. La segunda, fue que Estados Unidos se convirtió en el primer productor mundial de hidrocarburos por encima de Rusia y Arabia Saudita. Ambas noticias han dado mucho de que hablar por los cambios que está generando en el mapa, el mercado y en un nuevo orden mundial en materia energética.

La Agencia Internacional de Energía (AIE), en sus últimos informes reveló que entre el 2011 y el 2012 los niveles de producción de hidrocarburos de Estados Unidos fueron equivalentes a los de Rusia. Por primera vez el año pasado Estados Unidos superó a Rusia, tanto en producción de petróleo como de gas y cerró el año con una producción de hidrocarburos de 25 millones de barriles diarios, superando a la rusa que fue de 22 millones de barriles por días.

Lo trascendental en el resurgimiento petrolero de Estados Unidos no es que haya superado la producción rusa, sino la producción de Arabia Saudita, la mayor potencia petrolera del mundo. Ahora el hecho que Estados Unidos sea el primer productor mundial de combustibles no solo reconfigura el mapa y el mercado energético internacional, sino revitaliza su poder económico y, desde luego, genera un nuevo viraje en la geopolítica mundial y adquiere una enorme ventaja competitiva frente a la Europa, China y Japón.

De manera que al eliminar su dependencia energética de los países árabes, originará nuevas reglas de peso y contrapeso en la estabilidad de los precios del crudo con el cartel petrolero de la OPEP. Ahora lo interesante del renacimiento petrolero de Estados Unidos es que gracia al uso del sistema fracking, registra el mayor crecimiento de su producción en los últimos 150 años. Por consiguiente, al convertirse en el primer productor mundial de crudo y gas, genera nuevas variaciones el mercado y en la geopolítica mundial.

Por lo tanto, su autosuficiencia está generando transformaciones profundas en sus relaciones económicas y políticas con los países peroleros del Oriente Medio, Africa y América Latina.

Como se sabe es el segundo mayor consumidor mundial de energía con un consumo de 18.7 millones de barriles diarios, pero al crecer su producción, disminuye su dependencia, restringe sus importaciones y eso generará un nuevo orden en el mercado internacional de los combustibles en las próximas décadas.

Es evidente que ante el aumento de la producción petrolera norteamericana y la caídas de los precios internacionales del crudo, países como Venezuela, Colombia y Nigeria, entre otros, cuyas principales exportaciones petroleras van al mercado norteamericano sus economía se están viendo seriamente afectadas. En el caso de Venezuela que posee una quinta parte de las reservas mundiales de petróleo, su producción se ha regazado y se sitúa en 2.7 millones de barriles diarios, solo representan un 3.4 de la producción mundial. Por eso Brasil desde el año pasado se convirtió que en el primer productor de petróleo en Suramérica. El ascenso de la producción petrolera norteamericana está provocando cambios de gran calado en las relaciones económicas con otros países, dado a que su pujanza energética le permitirá seguir siendo la mayor economía del planeta y eso implica una redefinición de su política exterior.

Las importaciones de petróleo desde Oriente Medio, que ahora constituyen un porcentaje importante del consumo de Estados Unidos, en los próximos años bajarán casi a cero, lo que tendrá efectos significativos en el mercado internacional de crudo e influirá en la política exterior.

En los análisis de la AIE se señala que con la utilización de las nuevas tecnologías en la explotaciones petroleras y como van las cosas, dentro de una década Estados Unidos y Canadá serán explotadores netos de petróleo y gas, en virtud de que superarán la producción de los países del Oriente Medio y en el 2035 cubrirá su demanda interna de energía.

La revolución energética gringa se concentra en Dakota del Norte, la joya de boom petrolero. Sus explotaciones aplicando la controvertida técnica fracking, una nueva metodología para extraer el petróleo y gas atrapados en las formaciones rocosas han propiciado el cambio en el mapa petrolero norteamericano. Se calcula que la sola producción de Dakota del Norte, será suficiente para reemplazar las importaciones de Venezuela y Nigeria. En virtud de que su producción supera la de países miembros de la OPEP como Ecuador y Qatar. En conclusión, la revolución petrolera de Estados Unidos y la caída de los precios internacionales del crudo están a generando un nuevo orden mundial en materia de petrolera, donde la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) están perdiendo preponderancia en las definiciones del mercado mundial. Todo indica que vamos para un mundo sin los chantajes de la OPEP.

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