CITA HISTÓRICA
Taiwan y China acercan suavemente posturas en un encuentro sin precedentes
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Solo las flores separan en ésta ocasión a las dos Chinas. |
· Por Joaquín Cañas, corresponsal en Taiwán
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Joaquín Cañas (Corresponsal en Taiwán)
lunes 09 de noviembre de 2015, 06:28h
Los presidentes de China, Xi Jinping, y Taiwán, Ma Ying-jeou, se reunieron finalmente este sábado ante una enorme expectación mediática, eso sí, en son de paz y con un único objetivo: la paz y el progreso. El dato es pasmoso, han tenido que pasar nada más y nada menos que 66 largos años para ver ambas partes reunidas por primera vez desde la ruptura en 1949. Pero las circunstancias nos dan la razón y es que China Continental siempre ha visto a Taiwán como una provincia separatista que aún puede albergar ciertas ansias de independencia, de ahí la distancia y el respeto mutuo. Una gran encajada de manos ante cientos de periodistas, una reunión a puerta cerrada en el hotel Shangri-La que duraba aproximadamente una hora, y luego una rueda de prensa en la que pudimos comprobar las posiciones de ambos.
El discurso de Xi claramente apeló a los sentimientos. “Somos una familia. No importa por lo mucho que hayamos pasado en ambos lados del estrecho, nada puede separarnos", dijo Xi a Ma en los primeros minutos de su encuentro. Por su parte Ma, en un discurso más práctico, también reconoció la importancia de esos lazos familiares y expresó además su deseo por reavivar el diálogo para que pueda beneficiar a ambas partes y reduzca la animosidad.
Desde el principio Ma animó a ir más lejos y buscar estrategias pragmáticas, de ahí que pusiera sobre la mesa cinco puntos para mantener la paz y prosperidad en las relaciones del Estrecho, tales como la creación de líneas directas de comunicación o el llamado a Pekín a flexibilizar su postura en cuanto al papel de Taiwán en varios organismos internacionales, que ha quedado rezagado al ver que la mayoría de los países del mundo apoyan a la China comunista. Xi se comprometió a buscar fórmulas para alcanzar una solución al problema y además le invitó -nuevamente- a unirse al “Banco Asiático de Inversión e Infraestructura”. También señalaba Ma la importancia de sentar bases sólidas para continuar con los intercambios comerciales.
Por otra parte, cabe resaltar la importancia del famoso “Consenso de 1992”, que nos han recordado ambos como “la fórmula que ha permitido en buena medida un diálogo próspero entre las dos partes y una mejora en los intercambios bilaterales”. Entorno a él ambos defendían el principio de un sola China, como dos partes de un mismo Estado; y sin embargo dejaba la puerta abierta a un desacuerdo entre los líderes: el de la legitimidad de gobiernos, un desacuerdo en la interpretación del contenido. En temas de soberanía el tema más que complejo y parece ser que no hay solución, al menos por ahora.
Momento oportuno seguramente para acercar el diálogo, ahora especialmente que se acercan las elecciones en Taiwán del próximo mes de enero, y en las que la voces de la independencia– alzada por el partido de la oposición, el Partido Democrático y Progresistas- resonarán más que nunca.
Desde 2008, momento en el que Ma fue electo Presidente de Taiwán, la isla se acercó a China Continental con la firma de numerosos acuerdos, es más que evidente es cierta sintonía entre ambas partes y un encuentro como el de hoy no se imaginaba tan imposible. Seguramente una reunión histórica como la de este sábado, y antes de unas elecciones en Taiwán que auguran cambios importantes a favor de la independencia, es el mejor revulsivo para seguir trabajando independientemente de lo que pueda pasar, para seguir cuidando esos lazos familiares ahora que ambas partes pueden y se respetan, ahora más que nunca para avanzar en materia económica, social y política, y quizás evitar circunstancias poco deseadas en el futuro.
En todo momento ambos líderes se trataron de 'señor' y no de 'presidente', la cena posterior se pagó a medias.