EL SEMÁFORO QUE INSPIRA A MAS
Hay sitio para algún tonto más en Cataluña
· Por José Luis Heras Celemín
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José Luis Heras Celemín
jueves 03 de diciembre de 2015, 12:00h
“Que horror. Pareces un semáforo”. La exclamación de mi hija fue tan airada, casi de espanto, que me miré en el espejo. Busqué el corte de la hoja de afeitar que ocurre a veces, los ojos enrojecidos por el jabón de la ducha, y hasta la posible descolocación de los pelos por el peine. Pero no había nada en relación con un semáforo. “No es en la cara. Vas con pantalones de tono verde, camisa anaranja-da y corbata roja. Como el semáforo”. Consecuencia de la estática, de usar las prendas en el orden que la ca-sualidad produce en el armario. “Ni el que asó la manteca en un dedo”. Recordé el argumento de mi madre, no rebatible e inapelable, cuando, de joven, intentaba enseñarme que es absurdo sustituir la estética inteligente de lo adecuado por la estática tontorrona del azar. La advertencia filial había ocurrido por la mañana. Pero el semáforo vol-vió a aparecer más tarde. Y se hizo noticia con la aparición de Artur Mas en el telediario, cuando, en el bar donde intercambiaban opiniones unos amigos, alguien se preguntó si hay sitio para algún tonto más en Cataluña.
Los colores rojo, naranja y verde aparecieron, traducidos, cuando, pre-parando la asistencia a una Mesa Redonda que Sociedad Civil por el Debate iba celebrar en el Club Siglo XXI, me topé con lo que había publicado en su blog uno de los asistentes: Carles Campuzano i Canadés, un diputado español nacido en Barcelona que vive en Vilanova i la Geltrú.
En el blog del diputado había un título escrito en catalán y tres fotograf-ías de cuatro personas que se besaban en la boca: 2 hombres (uno de color y otro blanco y rubio) y dos mujeres (rubia y morena). En una de las fotografías se besaban los dos hombres, en otra el hombre de color besaba a la mujer mo-rena, y en la otra el beso lo compartían las mujeres. Curiosa circunstancia: los rubios besaban sólo a los del mismo sexo (¿homosexuales?) y los no rubios no (¿bisexuales?).
No por morbosidad, toqué la tecla, mandé traducir y copié el título “UNA PROPUESTA BISEXUAL”.
Como podría ser interesante, leí el primer párrafo: “Todo lo que históri-camente representó CiU está en plena mutación”.
Aquello lo firmaba un diputado en 5 legislaturas (veinte años) que ha si-do Secretario General y Presidente de la Joventut Nacionalista de Catalunya y miembro del Comité Ejecutivo de Coalición Democrática de Cataluña (CDC).
Por eso, seguí leyendo y copié:
“… lo que ha representado CDC necesita algo más que una refundación”
“el nuevo espacio que habrá que articular será, en términos utilizados por Víctor Lapuente, bisexual o no será. O empleando un término que proviene de la política alemana, la nueva confluencia que CDC debe promover debe responder a la lógica de las coaliciones semáforos: rojo de social-demócratas, amarillo de los liberales, verde de los ecologistas”
“Políticas bisexuales y coaliciones semáforos deben ser la hoja de ruta del reformismo que el país necesita urgentemente en el campo económico y social”.
Anonado, casi turulato, traté de encontrar algo de sentido en lo que de-cía el diputado de Coalición Democrática de Cataluña, pero no vi nada.
Después, en el telediario apareció Artur Mas, president en funciones y no sé si aún también molt honorable, que repetía las ideas del semáforo: las que habían hecho surgir la pregunta de si hay sitio para algún tonto más en Cataluña.
Y, caritativo, prescindiendo de besos, homofobias y mariconadas, encontré algo que armonizaba todo: la advertencia de mi hija a cuenta de ir vestido de colores, la no rebatible frase de mi madre acerca del que asó la manteca en un dedo, las sexuadas ideas del diputado del Parlamento español que es vecino de la Vilanova i la Geltrú, la repetición de Artur Mas, y lo del sitio para albergar a algún tonto más en Cataluña.
Traté de obviar, pero no pude, la advertencia de uno de los compañeros catalanes de Campuzano en el Congreso que, en su momento, me advirtió de un hecho: los seguimientos y críticas dentro de CDC para conocer las tendencias independentistas de los parlamentarios catalanes y ver qué hacer con ellas. Era importante porque de ello podía depender el futuro político de alguno. En aquel momento, el diputado e Ingeniero de Caminos Cales y Puertos Pere Macías Arau había sustituido en la portavocía de CiU en el Congreso de los Diputados a Duran i Lleida y aún no había comunicado su intención de no seguir.
Por eso, recordé a Duran i Lleida, a Macías Arau y a otros catalanes y busqué dos cosas:
Una que no encontré, pero que aparecerá: Quién se hará cargo de lo que representa el seny y el buen sentido catalán si se llega a la bisexualidad del semáforo.
Otra, fruto de mi tendencia a tratar de ayudar, un lugar para colocar a los tontos sin sitio en Cataluña. Creo que lo localicé. Hay uno que parece adecua-do y está libre: Sobre el poste del semáforo del diputado nacional por Conver-gencia Democrática de Cataluña, Campuzano, que inspira a Artur Mas.