En hoja y media, sólo en una hoja y media. Y sobraron cuatro líneas. En la libreta que uso para tomar notas no quedaba libre más que una hoja y media. En ella debía registrar las noticias que se generaran en el Foro de la Nueva Comunicación en el que iba a intervenir David Jiménez, el actual director de El Mundo. Antes de empezar, con el ejemplar del diario en la mano, eché un vistazo a la mesa principal. Allí había algo que “oler”: Ante las sillas vacías, en el mantel, estaban juntas las cartulinas con los nombres de Pablo Casado (Vicesecretario de Comunicación del PP), Antonio Fernández-Galiano (Presidente de Unión Editorial) y María Concepción Dancausa (Delegada del Gobierno, del PP, en Madrid). Por no gastar espacio de la libreta, apunté en una esquina del periódico: “Dos peperos de postín escoltan al dueño de El Mundo!”.
En ese momento, me llamó un político, insular y socialista, sugiriéndome que, para que entendiera cómo funcionan los medios, viera la portada de El Mundo. “La Fiscalía investiga a Victoria Rosell, la ‘ministra’ de Podemos”, leí en el periódico junto a la nota que acababa de escribir. Sin más. De la lectura, sugerente, brotaba otro olor que acaso relacionara la disposición de los asientos, la situación económica de Unión Editorial y la noticia de portada, quizá origen o muestra de una línea editorial futura.
Empezaba el acto. Era momento de escuchar y no de ventear aromas.
Hacía la presentación Raúl del Pozo, columnista del diario y escritor, que ha trabajado con directores varios, Pedrojota y García Abadillo; o aquel otro, mítico, que se alegraba cuando saltaba una noticia aunque ésta fuera “un terremoto en Japón”.
Del Pozo habló de: Los corresponsales que hacen “de cabezas de puente” con la noticia hasta que llegan los columnistas “que tocamos la gaita”. De que “El Mundo da muchos disgustos (porque) ha entrado en las cloacas del poder”. Del momento difícil que le ha tocado a David Jiménez, “cuando la presión sobre los medios ha sido la mayor de la democracia”. Y de que “lo que está escrito en papel va a misa”.
No percibí, y no anoté, si del magisterio Del Pozo emanaba algún aroma. Sólo entrecomillé “Te deseo suerte. Buenos días”. “Gracias maestro, es un honor leerte, llevo muchos años aprendiendo de ti… Os quiero hablar de lo que están viviendo periódicos como El Mundo”.
Así comenzó Jiménez, antes de hacer un repaso a su periplo profesional, recapacitar sobre los cambios en la prensa (informática, internet, periodismo digital…), exhibir alguna virtud de su periódico (“La hemeroteca dice que El Mundo fue el más valiente”, “Hemos tenido que despedir a compañeros y sentir su ausencia”), dar cuenta de la crisis en los medios, lamentar el número de periodistas sin trabajo, exponer su visión de la actualidad profesional con los retos del presente, y adentrarse con aparente convicción en retos y perspectivas de futuro:
El modelo de los medios escritos (tomada la idea de alguien del Washington Post) se está desintegrando. Esto va a continuar, queramos o no.
Si dejáramos de innovar, estaríamos en peligro. “O mantenemos el rigor del periodismo independiente o no será... La supervivencia de los periódicos clásicos sólo será posible si llegamos donde otros no van y publicamos lo que otros no se atreven...El lector está a un clic de sernos infiel”
“Los proyectos digitales serán los que tengan futuro” “En esta competencia, los vencedores serán los que unan la técnica con las esencias del periodismo”
“Vamos a vivir una época dorada y El Mundo será una parte de ello”.
Una vez acabado el discurso, en el turno de preguntas:
- El legado de Pedrojota: “Está ahí”, desvelando escándalos y recibiendo insultos de todos, Pedrojota creó un periódico de la nada y consiguió un éxito.
- Convenio para no publicar nuevos casos de corrupción que produzcan alteraciones electorales: “Las historias hay que publicarlas sin tener en cuenta otra cosa que los lectores… No nos debemos a los partidos. Publicaré lo que salga. Daremos emoción”
- Previsiones electorales y encuestas: “Hay porras… Nuestra encuesta revelaba la victoria del PP”. El Mundo utiliza la encuesta de Sigma Dos, sin que él, dijo, conociera al dueño (“es Zaplana”, le apuntaron). “No vamos a pedir el voto para nadie”. “Hay muchos indecisos, no hago previsiones”
- Falta de independencia de los periódicos españoles, advertida por el New York Times: “Los poderes en todos los sitios tratan de influir... En España, la intervención de los gobiernos en los medios es excesiva… No puede ser que los políticos crean que la televisión nacional o las televisiones autonómicas son premios… No al veto e imposición de tertulianos… Vean la hemeroteca, El Mundo se enfrenta al poder, aunque esto le perjudique”.
- Fusión con ABC, renuencia de Rajoy a Debates, Reducción de plantillas en redacciones locales. EGM: Puro trámite, amansa las preguntas para que no se conviertan en noticias.
- El Mundo, Veo Televisión, Veo 7, 13 TV: Se evade. Conforme con lo que hay: diarios Expansión y Marca, TELVA, y…
Y la cuestión pasa a Fernández-Galiano que entra al trapo para dolerse, ante los populares, de dos hechos que, dijo, motivaron el fracaso de la aventura televisiva de su empresa:
1.- Cuando se puso en marcha el proyecto, hubo una prohibición de publicidad que alejó la financiación e hizo inviable el proyecto.
2.- Una decisión judicial adversa a la realidad MARCA-TV.
Para terminar, como postre purificador de olores, una macedonia de noticias en relación con Venezuela, el viaje de Zapatero, y la odisea de Felipe González “saliendo de allí por pies”:
Enmudecido Fernández-Galiano, Jiménez recobró protagonismo: “Me entristece Venezuela… Espero que Maduro no emplee violencia para mantener el poder… confunde los intereses de Venezuela con los suyos… Hacen falta observadores como Zapatero…, que no sé a qué ha ido”.
Al levantarme, vi la nota del borde del periódico con la portada chivata, al presidente de Unión Editorial, y a su compañía. En la libreta cuatro líneas estaban sin letras. Cuatro líneas no inútiles. En ellas caben aún algunas noticias sobre el diario El Mundo que hoy dirige David Jiménez:
“Renacimiento. Operaciones económicas. Difusión digital boyante. Accidentes y/o éxitos empresariales. Descubrimientos, fichajes y traspasos de periodistas y firmas. Obituario. O asentamiento de la cabecera en los estantes del marco de la historia en que se guarda lo que merece recuerdo”