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OBJETIVO: QUE COREA DEL NORTE INCREMENTE SU RENTA PER CAPITA

Corea del Norte, camino de una normalidad sin precedentes
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Corea del Norte, camino de una normalidad sin precedentes

· Por Santiago Castillo, periodista y director de www.asianortheast.com

By Santiago Castillo
domingo 21 de octubre de 2018, 09:54h

Kim Jong-un ha logrado en menos de un año una normalidad política sin precedentes en la península coreana, una situación avalada por sus cumbres con Corea del Sur, sus encuentros con Xi Jinping y en especial con Donald Trump, que allanan una nueva etapa donde por ahora la reunificación no se contempla y una confrontación es “imposible” en este momento histórico que vive Corea del Norte cuyo máximo objetivo es ahora el levantamiento de las sanciones. La península coreana está viviendo una realidad política impensable hace un año y todo apunta que las perspectivas irán mejorando en cuanto al entendimiento y a la ubicación definitiva del desarme nuclear, donde el régimen comunista se va ganando políticamente el reconocimiento de la diplomacia internacional.

Es vital que Corea del Norte alcance a al menos unos 3.000 dólares de renta per cápita para así elevar su nivel de vida que dé un mayor desarrollo a la sociedad norcoreana, con tímidos avances en la economía privada, además de conseguir una confianza inexistente en todos los campos que favorezcan a un desarrollo económico más equilibrado para todo el país.

La reunificación de la península coreana pasa ahora a un segundo plano, un concepto que se ha vuelto cada vez más complicado y que es visto como poco realista, al menos en el sur, teniendo en cuenta la brecha entre los dos países, según apuntan tanto analistas como responsable, pero nada es descartable si en el Norte la situación va mejorando y generándose unas dosis de suma estabilidad política y económica, que contribuya a que sus habitantes, con un bajo nivel de vida, puedan empezar a vivir mejor y disponer de las necesidades más elementales.

El permanente escepticismo reinante en la población surcoreana ha dado pasos a un realismo que necesita tiempo para cocerse y sacar conclusiones, y tal vez con ese tiempo ya bien madurado y tras otras cuantas situaciones nuevas, inéditas, que se están produciendo constantemente en el país, servirán también para que los pasos fronterizos se conviertan en futuras comunicaciones, pero eso sí, siempre que interiormente el régimen se gane al pueblo y el pueblo al régimen, es una tarea larga y difícil tras más de 70 años de aislamiento, pero puede ser el primer paso para hablar de una posible reunificación de las dos Coreas.

Sin confianza no habrá ningún progreso, aunque la prioridad es ahora la desnuclearización y la paz, lo que nadie duda, pero sin olvidar que al menos diez años son necesarios para el desmantelamiento completo del programa nuclear norcoreano, además de un coste económico en torno a los 20.000 millones de dólares, coste que obviamente no va a pagar Corea del Norte.

No obstante, según el presidente surcoreano Moon Jae-in, tras su tercera cumbre con Kim dijo, el líder norcoreano pretende abolir todas las armas, materiales e instalaciones nucleares para lograr una desnuclearización "completa".

Lejos queda, salvo una hecatombe, que se produzcan cambios drásticos que recuerden los viejos tiempos de enfrentamientos, tensiones, escaramuzas o todo aquello que tenía relación con “casus belli”, es decir, nuevas confrontaciones no habrá, y no las habrá dado que el líder Kim Jong-un ha revolucionado toda su política exterior que a la postre debe favorecer al desarrollo social-económico del país.

Incluso el hecho de que las dos Coreas hayan iniciado labores conjuntas para retirar minas antipersona de la Zona Desmilitarizada (DMZ), de Panmunjom, donde se firmó el armisticio en 1953, que divide ambos países, es otra prueba más que los hechos son irreversibles hacía una paz definitiva entre ambas partes.

Tras sus cumbres intercoreanas, sus encuentros con Xi Jinping y en especial con Donald Trump, ahora Kim Jong-un tiene como objetivo el levantamiento de las sanciones que padece el país a causa de sus ensayos nucleares en el reciente pasado.

Un objetivo posible de producirse, sobre todo cuando cada vez hay más países del entorno norcoreano pidiendo el levantamiento de las sanciones, como acaba de hacer el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, quien aseguró "que ya es hora de comenzar a poner en consideración el levantamiento de las sanciones económicas a Corea del Norte”, país que también ha recibido el apoyo de China para tal objetivo.

Por su parte, Corea del Sur, que aún las mantiene, suavizando su postura irá y luego, según vaya el proceso de desnuclearización, EEUU hará lo mismo, pues Donald Trump es el más interesado de todos en presentar ante de que finalice su mandato (2020) como su mejor éxito en su política internacional, de ahí que no se descarte próximamente una segunda cita con Kim.

Es cierto que el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, se ha mantenido firme acerca de las sanciones pese a involucrarse activamente con el Norte y plantear la posibilidad de grandes inversiones y emprendimientos conjuntos a cambio de que renuncie a sus armas nucleares, pero todo es una estrategia lógica, la cual irá cambiando si Corea del Norte va al ritmo que va en su nueva etapa política. Tensiones, confrontaciones, amenazas, entre otras, son, por ahora, de un pasado que al parecer el régimen comunista con el gran apoyo de China, quiere enterrar.

Ya no sólo serán el levantamiento de las sanciones, sino cómo volver a normalizar las operaciones en el complejo industrial de Kaesong, creado por Corea del Sur y Corea del Norte, donde al menos 123 compañías surcoreanas que cuentan con fábricas en esa área ubicada en el Norte, supone un movimiento económico importante para el país, ahora paralizado por las sanciones.

Además, de la posible segunda cita con Trump, el líder Kim Jong-un podría reunirse este mismo año con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien en septiembre pasado lo invitó a viajar a Rusia, luego la propia Unesco se ha ofrecido para contribuir a la reconciliación entre las dos Coreas con proyectos en materia educativa, cultural y científica que “conecten a la población de ambos países a través de un patrimonio común".

Tampoco es descartable que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, hasta ahora el menos protagonista de todo lo que está sucediendo en la península coreana, logre un encuentro con Kim Jong-un, que también sería histórico por todo lo acontecido entre los dos países desde 1910 y que será clave para resolver el espinoso asuntos de los ciudadanos japoneses secuestrados.

Mientras Rusia y Estados Unidos intensifican sus esfuerzos para lograr cuanto antes una solución a los problemas en la península coreana, al igual que China, lo que evidencia que la nueva situación norcoreana ha significado un interés inimaginable hasta hace poco tiempo, las dos Coreas han estampado un importante acuerdo para iniciar este año un proyecto con el que conectar finalmente ambos países por tren y carretera a través de la frontera común, en el marco de los acuerdos de alto nivel celebrada esta semana en Panmunjom.

Otras de las importantes novedades ha sido la reunión que recientemente Corea del Sur, Corea del Norte y el Comando de Naciones Unidas (UNC), liderado por Estados Unidos, han celebrado para por primera vez abordar el desarme de la zona de seguridad conjunta (JSA) en cumplimiento del reciente acuerdo militar firmado por Pyongyang y Seúl.

Todo un mundo nuevo desde el punto de vista político en Corea del Norte que tal vez sea bendecido por el papa Francisco tras la invitación que ha hecho Kim Jong-un para que viaje al país, una coyuntura política que significaría un "paso gigantesco para la pacificación de la península”, en opinión de los analistas, que se vería bien compensada con la visita del líder norcoreano a Corea del Sur.

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