1/ Para asegurar un análisis y seguimiento global de la situación del conjunto de la población que vive en un espacio con infraestructuras básicas comunes de todo tipo. (Ejército, red de hospitales, aeropuertos, Banco central, Gobierno y mil más).
2/ Para utilizar los recursos globalmente, aprovechando economías de escala, y optimizarlo al servicio del bien común. Es decir, no hay médicos madrileños ni melillenses, no hay camas vacías gallegas ni bilbilitanas, no hay mascarillas ovetenses ni egabrenses, ni laboratorios tarraconenses ni tinerfeños. Hay recursos españoles, que, con la visión global indispensable se distribuyen, reparten, comparten, trasladan, adjudican, asignan dónde son más necesarios y más útiles para salvar vidas.
3/ Para simplificar, agilizar y hacer efectiva la toma de decisiones y las órdenes emitidas. Cooperar es bueno, pero ineficiente en estado de emergencia. Coordinar no es gobernar y es muy lento. El mando único supone rapidez e inmediatez necesaria.
Cómo ven, en España, básicamente, el estado de alarma permitiría soslayar las irracionales barreras y fronteras interiores debidas a nuestro invento autonómico tan horriblemente desarrollado. Si se gestionara bien.
¿Para qué NO ha de servir un Estado de alarma en la presente situación? Algunas claves:
4/ NO ha de servir para manifestar arbitrariedad, favoritismos, tratamiento diferencial por territorios por parte del mando único.
5/ NO ha de servir para mantener o reforzar subpoderes fragmentadores, para volver a la ineficiencia. No puede declararse un estado de alarma para no ejercer; el resultado es peor que no haberlo declarado.
6/ NO ha de servir para aprovechar la concentración de poder para obtener beneficios Partidistas, ideológicos, personales. Y menos si son antidemocráticos.
Dicho en román paladino, un estado de alarma sirve o no, según se gestione.
Ahí lo dejamos, les toca a Uds. reflexionar sobre lo que pasa en España. Para preparar, o prepararse, de cara al futuro.
Pero así empieza la primavera.